En las últimas horas se ha viralizado un vídeo en las redes sociales donde un joven circulando en un ciclomotor evade el alto de una patrulla de la Guardia Civil realizando una conducción temeraria y a la vez mostrando una falta de respeto total y absoluto ante la autoridad policial.
Los hechos se han registrado en Valencia, Perellonet, en una rotonda que desde donde se accede hacia El Palmar. Las imágenes rozan en cierto momento una situación surrealista. Todo parece indicar una persecución en una vía pública que se llega a convertir en un circuito cerrado donde la patrulla trata de dar alcance al ciclomotor y su piloto, al mando de un vehículo más ágil y ligero, consigue cambiar de carril superando la medianera y volver a incorporarse en la calzada.
Todo sucede ante un grupo de jóvenes que llegan a reírse a carcajadas ante la vista de una infracción administrativa o indicio penal. Una respuesta ante el “delito fraganti” por parte de la juventud que evidencia el preocupante caldo de cultivo que está germinando en nuestra sociedad actual y que atenta directamente contra la pérdida del principio de autoridad.
También hay que reflexionar sobre la sensación de falta de legislación contundente que no hace más que generar un clima de sensación de impunidad ante el delito y que lejos de logra disuadir a los malhechores los impulsa a quebrantar la ley a sabiendas que las consecuencias serán ridículas acorde al daño provocado. Todo ello se incrementa en mayor medida cuando los infractores son menores de edad viéndose amparados en unas normas “descafeinadas” que para nada se adecuan a la realidad delincuencial que se palma en el panorama nacional.
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