Llamar “chulos” a dos guardias civiles no implica vejación, ofensa, injuria o insultos a los agentes actuantes. Al menos así lo considera la nueva delegada del Gobierno en Baleares, Rosario Sánchez, que ha archivado un acta-denuncia propuesta por dos guardias civiles a una ciudadana que se dirigió a ellos en esos términos.
Según información de Ok Diario, a parte de llamarles “chulos”, les dijo: “Qué se creen que por ser autoridad me voy a callar, digo lo que me salga del coño”.
El artículo 37.4 de la Ley Orgáninca 4/15, de 30 de marzo, de Protección de la Seguridad Ciudadana constituye como infracción administrativa leve:“las faltas de respeto y consideración cuyo destinatario sea un miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en el ejercicio de sus funciones de protección de la seguridad, cuando estas conductas no sean constitutivas de infracción penal.” La sanción al infractor oscila desde los 100€ hasta los 600€. O al menos así debería ser.
Esta misma semana, la nueva delegada sembraba la polémica al desestimar otra propuesta para sanción incoada por la Policía Nacional, cuando un ciudadano se dirigió a varios agentes llamándolos “payasos”, según denunciamos en Policía H50.
Concluimos que la señora Sánchez se tomará de buen agrado si cualquier ciudadano que se precie, tuviese la ocurrencia de dirigirse a su persona en términos tales como “payasa” o “chula”, ya que según su insólito criterio, estos improperios no constituyen vejación u ofensa alguna.
A tenor de los hechos relatados, es de suponer el ferviente malestar entre los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. No entienden la descarada permisividad de la delegada del Gobierno, al hacer la vista gorda sobre las vejaciones e insultos que sufren los agentes del orden en el desarrollo de sus funciones en las Islas Baleares.