Casos aislados II. Inseguridad creciente

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Sabemos que hay personas que parecen vivir en la más absoluta ignorancia para de alguna manera no verse comprometidos al ser conocedores de la verdad. Es lo que tienen los datos objetivos y la información veraz, que no gustan. Pese a ello y a que se prefiera rebatir argumentos con la excusa de no conocer datos al respecto hay quien se toma la molestia de seguir recopilando información a fín de realizar un cómputo general de aquellos hechos delictivos qué destacan entre el resto por su mayor gravedad y así  continuar realizando escrupulosas estadísticas.

Es sumamente necesario estar bien informados de cara a saber a qué nos enfrentamos. Los profesionales de la seguridad no sólo combaten el crimen sino que también lo cuantifican, lo analizan y lo acotan para poder dar una respuesta más efectiva.

Los datos obtenidos como resultado de diversos estudios son verdaderamente preocupantes y deben hacernos recapacitar. No es posible que se empeñen con tanta vehemencia en negar lo evidente y se intente ocultar la problemática de un aumento exponencial de la inseguridad en España. Soy consciente de que éste es un tema que a algunos les resulta controvertido, he de recalcar que si de la lectura de mis palabras se llega a malinterpretar el enfoque y se desea ver como un mensaje alarmista  o exagerado, ya les aclaro que se equivocan de lleno.

Sucesos como el hallazgo de dos individuos decapitados en Valencia supuestamente víctimas de un ajuste de cuentas, el de varios jóvenes que sufrieron amputaciones a base de machetazos en las reyertas entre bandas latinas por el control del territorio en Madrid, el asesinato y lanzamiento desde un vehículo de un individuo en Cataluña casi a plena luz del día… O un tiroteo con armas de guerra previamente anunciado en redes sociales en el barrio del torrejón en Huelva son solamente un ejemplo del incremento de una violencia extrema y de la consiguiente inseguridad ciudadana.

Que ante hechos de la magnitud del último que acabo de reseñar, salga una voz autorizada como es la del Subdelegado del Gobierno y en vez de tratar la cuestión con la cautela y la contundencia que merece, haga declaraciones quitando hierro al asunto y diga que “los hechos eran solamente ruido” dice mucho del talante y de cómo de enserio se toman el problema de violencia y falta de seguridad que tienen delante de sus ojos.

Para luchar contra la delincuencia organizada y los grupos criminales se necesita más libertad de intervención, más medios dotacionales y un mayor respaldo en las actuaciones de las fuerzas y cuerpos de seguridad. las manifestaciones realizadas por muchos representantes políticos son meras palabras fuera de contexto y siempre con una finalidad partidista para arrimar el ascua a la sardina. El sentimiento de muchos profesionales de la seguridad es de encontrarse con las manos atadas ante leyes complejas y contradictorias que en algunos casos llegan a beneficiar al que transgrede la norma.

La inseguridad y la delincuencia creciente  son factores negativos ponen de manifiesto el fallo en cadena de los distintos estamentos de la sociedad, ya sea por la falta de toma de decisiones en momentos específicos o por la nula implementación de medidas directas que enfocadas a revertir el caos y la inseguridad ciudadana.

En España ya tenemos barrios en los que se hace complicado por no decir imposible la actuación de la policía. Viejos barrios tradicionales han pasado a convertirse en guetos o Zonas No Go. No sólo la inseguridad surge en barrios obreros que con el tiempo y la vandalización se han convertido en zonas marginales y a su vez éstas se han “favelizado”, zonas céntricas, parques e incluso los aparcamientos cercanos a hospitales se han transformado en lugares inseguros y evitables de transitar a ciertas horas. Mafias de aparcacoches ilegales que extorsionan, roban y agreden a todo aquel que ose poner un pie en su territorio.

 Cuando la ley de la selva impera… sólo queda el “sálvese quien pueda”

Cómo estará la cosa, que en muchas zonas rurales donde los efectivos de la guardia civil no llegan por ser insuficientes o directamente porque se han cerrado cuarteles y la patrulla más cercana se encuentra a cuarenta o cincuenta kilómetros, el pueblo llano ha tomado la decisión de organizarse y crear patrullas vecinales. Y no, no es porque les apetezca jugar a polis y cacos, es porque tienen miedo,  se sienten atacados y buscan una manera directa y eficaz para poner fin a ese sentimiento de desprotección. Aunque sea efectivo y funcione, ésa no es la solución

La dejadez de las instituciones en un ámbito tan importante como es el de garantizar la seguridad ciudadana y mantener el orden en sociedad no debe ser suplido por la ciudadanía.  A nuestros representantes se les elige para legislar, para tomar decisiones en casos extremos y visto lo visto parece que muchos demuestran no estar capacitados para ello.

 Sigan mirando para otro lado y haciendo caso omiso a las señales que se les está enviando y menos tiempo del que se quieran dar cuenta estaremos en escenarios indeseados.

Desde el rompeolas: Digital Policial
Brau López

 

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