Lo habíamos pedido y anunciado en este medio, es algo no sólo lógico, sino democrático y justo. Es el camino a seguir. La judicialización del caso. Rubiales no dimite, esa precisamente era la pena impuesta por los grandes gurús de la comunicación, políticos y tuiteros mediáticos. Una justicia social nada deseable y, en muchas ocasiones, tremendamente manipuladora que ejerce un gran poder de destrucción y miedo.
Estamos ante un caso de posible agresión sexual o acoso, la víctima debe denunciar y poner los hechos en conocimiento de un juez. Ese es el camino, es el que fija nuestra democracia, la sociedad democrática que debe imperar.
Es la justicia la que se debe pronunciar sobre los hechos, es su función, democrática y constitucional. No podemos estar continuamente en un debate social para resolver conflictos. Determinados “poderes” mediáticos y políticos ahora ejercerán aún más presión contra patrocinadores, la propia Federación, entrenadores… Están enfadados precisamente por la pérdida de esa capacidad de imposición. Con independencia de como nos caiga el Sr Rubiales, su personalidad o antecedentes, no son ellos quienes deban decidir, es un juez.
Los juicios sociales no son buenos ni deseables. Vivimos bajo el yugo de una justicia social paralela a la real y está imperando la primera sobre la segunda. La libertad de opinión es un bien muy preciado para perderlo por una presión social dirigida.
Cualquier hecho con caracteres de delito debe solucionarse ante un juez, de otra forma, viviríamos (vivimos) en una sociedad enferma y perdida bajo el control de los manipuladores de masas.
Gedeón Pérez