La ruta migratoria hacia Canarias desde el norte de África se dio por reactivada desde finales del años pasado. Desde entonces, el flujo de inmigrantres en cayucos no ha cesado siendo la Gran Canaria la isla más afectada.
La falta de recursos y de instalaciones adecuadas para la acogida de inmigrantes es la nota dominante. Para colmo de males, las crisis sanitaria marcada por la COVID-19 ha convertido a Canarias en un auténtico embudo, donde llegan centanares de inimgrantes pero ninguno sale. El Ministerio del Interior, que en circunstancias normales ya se muestra poco partidario de autorizarlos, ha suspendido los traslados a la península desde que se declaró la emergencia sanitaria y el estado de alarma.
La limitación alojativa se ve agravada al encontrarse las puertas del CIE de Barranco Seco cerradas por decisión judicial desde el pasado mes de abril, a consecuencia de los rebrotres por coronavirus.
Mientras tanto, Cruz Roja, ONG´s y otros organismos locales hacen los indecible para atender la gran demanda de inmigrantes, repartidos en centros improvisados alrededor de la isla. Las casetas de Cruz Roja instaladas en el muelle de Arguineguín sirven de campamento improvisado para los nuevos ingresos, sumando más de un centenar de personas subsaharianas y marroquíes conviviendo en condiciones de escasa salubridad.
Otros lugares como la nave instalada en el puerto de Las Palmas o el campo de Lucha de Arinaga, donde se detectaron vario brotes de coronavirus entre los internos, acogen a muchos de los irregulares que terminan quedando en libertad a su suerte.
Un cayuco con cuatro inmigrantes arriban en la playa de Las Burras
Precisamente hasta el muelle de Arguineguín han llegado los últimos cuatro inmigrantes que la pasada madrugada alcanzaron la playa de Las Burras a bordo de un cayuco en condiciones muy precarias. Comprobada la inestabilidad de estas embarcaciones tan rudimentales, para muchos parece un milagro que puedan completar la travesía de 8 horas que separa el norte de África con Gran Canaria, sin ayudas externas.
La sombra de los barcos nodrizas vuele a planear en la opinión público aunque muchos son los que niegan, como el responsable de Inmigración de Cruz Roja en la provincia de Las Palmas, José Antonio Rodríguez Verona, tales hechos.
“Se aprovechan las mareas en calma para intentar llegar a las costas canarias, es el momento idóneo para salir a navegar y llegar a la costa”, ha recalcado. En cuanto a la supuesto uso de barcos nodriza para acercar las pateras desde el continente africano a Canarias, Rodríguez ha considerado que se trata de «una leyenda urbana», porque «todo el mundo habla de ellos pero nadie los ha visto», por lo que prefiere «no creerlo hasta que no lo vea». Declaraciones recogida en el diario Canarias 7.
Lo cierto es que en las últimas 24 horas, otras siete pateras han llegado a las Islas Canarias. Durante la madrugada, tres embarcaciones llegaron con un total de 61 migrantes a bordo. Durante la mañana del viernes, otras cuatro nuevas pateras arribaron por sus propios medios al sur de la isla de Gran Canaria, con al menos 47 personas en su interio
Fuerzas y cuerpos de seguridad desbordados
Como viene siendo habitual en estos casos, el trabajo de las fuerzas y cuerpos de seguridad, en especial de unidadades como la UPR y UIP de la Policía Nacional, vuelve a ser imprescindible para contener la crisis migratoria vivida con especial intensidad en Gran Canaria, actuando a destajo en primera línea y sin apenas medios de autoprotección.
