No es nuevo. La Comarca del Campo de Gibraltar presenta un interés y una preocupación por todos los actores que configuran la realidad social de este país. Medios de comunicación, la clase política, la administración y la ciudadanía en general coloca por ciclos a este lugar en el punto de mira. Generalmente por las noticias vertidas en los mass media relacionadas con las tasas de criminalidad en relación con unas tipologías de delitos específicas.
Este punto de España presenta una serie de variables como pueden ser: la posición geográfica, la estructura social, económica, educativa, entre otros factores que de alguna manera facilitan la comisión de actividades ilegales relacionadas con el crimen organizado.
El tráfico de drogas, especialmente el proveniente de Marruecos, o el de la cocaína que entra por el Puerto de Algeciras, proveniente de segundos y terceros países con rutas perfectamente definidas, junto al contrabando de tabaco procedente de Gibraltar hacen que ese territorio haya ido adquiriendo la entidad de nodo dentro de una red tejida por la criminalidad trasnacional.
Ese es el verdadero problema del crimen organizado, que es muy silencioso y va parasitando a todas y cada una de las estructuras de la sociedad hasta que explota y emergen con fuerza haciéndose muy visible para la sociedad en general cuando es difícilmente controlable por la metástasis que ha creado.
Evolución del narcotráfico
El narcotráfico evoluciona hacia otros delitos como la trata de seres humanos, la explotación sexual, delitos de orden socioeconómico, ajustes de cuentas, homicidios y asesinatos por no hablar de corruptelas y redes clientelares que deja en todos los estratos de la sociedad. Es entonces cuando aparecen las primeras alarmas, y es por norma general las relacionadas con el mundo de la seguridad las primeras en saltar, a las que hay que acudir y que se deben tratar de gestionar de forma eficaz y eficiente para dar respuesta a la ciudadanía y por ende a la clase política. Si bien es cierto que,
“Cuando saltan estas alarmas ya es tarde y los recursos son escasos.”
La percepción de la (in)seguridad es muy subjetiva. Como norma general, la ciudadanía mira hacia otro lado cuando observan actividades ilícitas como la del narcotráfico ya que no son especialmente molestas y sin embargo se preocupan cuando se escuchan tiroteos en la calle, muertos, ajustes de cuentas, amenazas en las redes sociales, que están muy relacionadas con ese mundo. Es entonces cuando se moviliza el miedo.
Es por esto, que el fenómeno de los que ocurre en la comarca del Campo de Gibraltar es muy amplio y debe ser enfocado desde los diferentes prismas y de manera integral.
La reacción policial no debe ser la primera o la última, siempre debe caminar de la mano junto a la respuesta social a fenomenología existente, y para ello al igual que en otras áreas de actuación deben de contar con los recursos necesarios que permitan hacer frente no solo a los escenarios actuales, sino a los escenarios futuros.
Autor: José Austral / Criminólogo.