Columna de Ricardo Magaz en h50 Digital Policial. “CRÓNICAS DEL NUEVE PARABELLUM”.
Ocurrió hace unos días. Una narcolancha repleta de fardos de hachís encallaba al atardecer en la playa de Bonanza, en Sanlúcar, después de una intensa persecución del helicóptero de Aduanas por aguas de la desembocadura del Guadalquivir, justo en el extremo donde se funden el Mediterráneo y el Atlántico.
Narcorregión
Hasta ahí nada nuevo bajo el sol. El narcotráfico en el sector meridional de Andalucía es un hecho que no sorprende a nadie. Marruecos, el mayor productor de hachís del mundo está a menos de 15 kilómetros en línea recta. La tentación de la “puerta española” es poderosa. Las bandas y los clanes locales del narcosur (Los Pantojas, Los Chachos, Los Castaña…), los cárteles transnacionales y la Mocro Maffia euromagrebí hace tiempo que se dieron cuenta del gigantesco negocio; van camino de convertir la zona en una narcorregión, si nadie lo evita. Y no parece que el ministro Marlaska esté por la labor; anda muy ocupado con su real decreto mordaza intentando tapar la boca a los policías para que no puedan hablar de estas cosas.
Banalizar
De tal modo, el suceso verdaderamente grave de Sanlúcar de Barrameda no es que los traficantes llegaran a tierra con un par de toneladas de hachís en su embarcación y encallaran por el acoso del helicóptero aduanero, no, la cuestión es mucho más compleja. Una turba de bañistas y vecinos que estaban pasando la tarde en la Bonanza
se lanzaron en masa a robar los fardos para llevárselos a sus casas. Tal cual. Ni más, ni menos.
Diezmar generaciones
Y aquí la reflexión. ¿Qué puede llevar a un ciudadano normal y corriente de ese u otro lugar a actuar así? La banalización del hecho, sin duda. Ya ocurrió en las Rías Baixas gallegas; una parte de la sociedad llamaba, y aún hoy lo sigue haciendo, contrabandeiros a los narcos y fariña a la cocaína, suena menos patibulario, pese a la tragedia de muertes por drogadicción y ajustes de cuentas que padecieron en la década de los 80, diezmando a toda una generación de jóvenes.
Mirar para otro lado, o lo que es peor, trivializar el problema, solo lleva a la fatalidad.
Me gusta que le hayas dado dimension a la noticia, pero te faltan datos.
El helicoptero de SVA consiguio que la embarcacion embarrancara en playa, y se bajaron los dos observadores del helicoptero para custodiar la embarcacion y la droga. La chusma empezo a apelotonarse y comenzo una batalla campal de los dos compañeros por mantener su integridad y defender el alijo, los cuales mantuvieron el tipo sin desenfundar sus armas reglamentarias por no liarla aun mas, y acabaron con moratones y cardenales del forcejeo con algun energumeno, hasta que el helicoptero de Servicio de Vigilancia aduanera ARGOS intervino para dispersar a la chusma, con el riesgo que conllevaba, o ahora estarian en el hospital los dos observadores. Aguantaron hasta que llegaron los compañeros de Guardia Civil para ayudarles.
Genial exactitud de tu artículo Ricardo, como siempre …Felicidades