La preocupante pérdida del principio de autoridad en nuestra sociedad vuelve a ser objeto de debate. Esta vez, nos sorprende la frialdad con la que un joven argentino ha atropellado a dos policías durante un control realizado el pasado domingo por la mañana en la provincia de Córdoba (Argentina).
El conductor y sus dos acompañantes acabaron
detenidos protagonizando un episodio más de violencia contra las fuerzas de seguridad y subversión contra el orden establecido.
Eran poco antes de las 11 de la mañana cuando el vehículo en el que circulaban tres jóvenes fue interceptado. Dos agentes se situaron en su parte delantera bloqueando el paso, una actuación bastante comprometida desde el punto de vista operativo por la peligrosidad que entraña una posible evasión de los sospechosos. Mientras los policías advertían al conductor que saliese del habitáculo, uno de los ocupantes comienza a grabar en vídeo. En un momento dado, el piloto de 20 años decide emprender la marcha arrastrando varios metros a los dos agentes sobre el capó del vehículo.
Las imágenes han sido difundidas por redes sociales y en ellas se puede observar tanto el plano grabado desde dentro del turismo como las imágenes recogidas por testigos. Concretamente, en las primeras se recoge la reacción de angustia de los uniformados viendo su vida en grave peligro mientras el conductor no dejaba de pisar el acelerador. En un instante, incluso un agente golpea con su puño el cristal del vehículo llegando a fragmentarlo.
Finalmente, lograron que se detuviese y procedieron a la detención de los tres ocupantes. Uno de los agentes resultó herido en las piernas por traumatismo y derivado a centro médico. Sin embargo, lo más llamativo del caso es que la legislación argentina tan solo contempla para este suceso 15 días de inhabilitación para conducir vehículos a motor.
Que asco