Este viernes se ha vivido en Alemania, concretamente en Mannheim, un episodio de violencia extrema. Un atentado terrorista perpetrado por un islamista con cuchillo ha colmado las redes sociales, que han mostrado indignación, inseguridad y miedo. Los hechos han tenido lugar por la mañana, a las 11:30 horas, en un mitin del partido conservador de Michael Stürzenberger. El político alemán se había opuesto a la construcción de una nueva mezquita en Múnich.
Respecto al suceso, no son pocos los usuarios sorprendidos por la intervención policial, la dotación actuó rápido, pero uno de los efectivos entró en confusión en apenas segundos. Éste redujo a uno de los miembros del mitin del partido y, posteriormente, fue apuñalado en el cuello por el terrorista dejándole gravemente herido. En este marco, numerosos usuarios han clamado al cielo por la “realidad de los gobiernos de izquierdas” que “hacen daño al ciudadano formal y no al delincuente”.
En el vídeo, grabado con una precisión de cirujano, tal y como apuntaba el reconocido vídeo reportero Olmo Blanco -quien retrata a la perfección la realidad de los disturbios-, se puede observar a un individuo con barba correr a por los integrantes del pequeño evento desplegado en plena vía pública y herirles con un arma blanca. Tras su primer ataque, en el que atestó numerosas puñaladas a la víctima, fue parcialmente reducido por uno de los presentes en el lugar, sin embargo, logró zafarse y proseguir con el conflicto.
Una vez de nuevo en pie, fue corriendo a por el agente anteriormente mencionado, que estaba reduciendo a un integrante del mitin, y le apuñaló en el cuello. Muy a su pesar, esa sería su última acción tras recibir un disparo certero del binomio de la víctima que lo neutralizó quedando herido.
Este acontecimiento ha facilitado ver la mentalidad europea al respecto de estos acontecimientos. Muchos “gritan” desesperados por las redes la poca “decencia” de muchos medios al “justificar este ataque” por ser un partido de “extrema derecha”. Asimismo, han aparecido comentarios despectivos hacia el uniformado que redujo antes a un individuo pacífico que al agresor. Sin embargo, tal y como apuntan expertos en la materia, la mayoría “no repara” en que se trata de una situación de alta tensión donde el error es perfectamente posible. Otros han rescatado la máxima del “entrenamiento diario para evitar sorpresas”.