Madrid ha sido escenario de un cruel y doble asesinato donde un aristócrata acabó con la vida de su mujer y amiga de ella acabando por quitarse la vida una vez consumado el crimen.
Los hechos han ocurrido durante la madrugada de este lunes en el domicilio familiar situado en el número 205 de la calle Serrano coincidiendo con el regreso de su esposa desde París después de visitar a su hija de 12 años. Fernando González de Castejón y Jordán de Urríes, de 53 años, marqués de Perijá y conde de Atarés desde 2012, efectuó disparos certeros a la cabeza de su pareja, Gema, de 44 años, y amiga de ésta, de 70, con la que guardaban estrecha amistad y acabó suicidándose.
Los primeros actuantes en presentarse en el lugar del crimen fueron efectivos de UPR (Unidad de Prevención y Reacción) de la Policía Nacional que después de observar la escena del crimen solicitaron la presencia de servicios sanitarios confirmando la muerte de las tres personas. Agentes del Grupo V de Homicidios se encargarán de la instrucción del atestado teniendo en cuenta también el informe de Policía Científica.
Según confirman varios medios, constaban denuncias previas por malos tratos en el ámbito familiar contra el conde (violencia de género) que fue detenido en 2018. La relación entre ambos incluso llegó a romperse siendo retomada tiempo después.
Al parecer, al regreso al domicilio, la mujer podría estar acompañada de su amiga a petición expresa como figura para intermediar en una posible disputa o actuar de testigo en caso de desarrollarse algún tipo de discusión. La relación de la pareja no era buena y vecinos afirman que era frecuente percibir ruidos y golpes procedentes de la vivienda. Incluso hasta detonaciones ya que se llega a afirmar que el hombre practicaba tiro en el patio del inmueble.
A pesar de los antecedentes, disponía de una pistola con la que presuntamente consumó el crimen y también otras armas de fuego, incluso arcos que llegó a exhibir en la calle. Según sus allegados, tenía la correspondiente licencia de armas en regla y solía cazar con varios amigos en una finca de Toledo.
Según confirma El Mundo, en el arsenal de su piso de 200 metros cuadrados también había arcos, flechas, escopetas de caza, cuchillos de combarte, munición y un uniforme militar. Además, la vivienda estaba decorada con fotos del dictador Franco, Adolf Hitler y también había un cuadro con una cruz militar con una esvástica en el centro.