Desde el SUP han apoyado el trabajo de sus compañeros que ayer se vieron obligados a intervenir para detener los incidentes violentos tras la concentración por el asesinato del joven Samuel. “Exigimos respeto a los que una y otra vez aprovechan cualquier incidente para desprestigiar a los policías y pedimos que la Justicia actúe contra los violentos”, han manifestado.
Desde la organización han condenado los actos violentos que se vivieron ayer en Madrid tras la concentración por el asesinato de Samuel e invitan a los responsables políticos y sindicales a hacer lo mismo en un ejercicio de responsabilidad hacia los ciudadanos a los que representan. “Punto y a parte merecen los que como de costumbre aprovechan las algaradas violentas para desprestigiar a los policías que se juegan su físico para que los demás ejerzan su derecho a manifestarse en paz y con seguridad”, indican.
Los hechos arrancaron pasadas las 22:30 cuando un grupo de alborotadores que circulaba por una zona no autorizada para la manifestación se dedicó por su cuenta a lanzar piedras y botellas a la Policía y cruzar contenedores en la vía pública para hacer barricadas, mientras otro grupo cortaba el tráfico con una sentada. Pese a las reiteradas advertencias por megafonía de la UIP, los ataques a los policías y daños al mobiliario urbano se sucedieron durante una hora obligando a intervenir a los efectivos policiales.
El resultado fue de un herido y varios contusionados entre los agentes, además de destrozos en varias furgonetas policiales. “Los madrileños no se merecen a estos alborotadores profesionales que arrasan su ciudad aprovechando cualquier acto legítimo de reivindicación, ni políticos o sindicalistas que en vez de condenar la violencia callejera retuercen la verdad para culpar injustamente a la Policía”, denuncian.
Por todo esto, desde el SUP reiteran su apoyo a los compañeros que sufrieron los ataques de los violentos, pidiendo a políticos y sindicalistas que condenen los hechos con más firmeza y exigiendo una disculpa a los que aprovechan las algaradas callejeras para desprestigiar a la Policía.
