Un hombre golpea en la cabeza a su perro —atado a una valla desde el momento de su nacimiento—, hasta matarlo. El animal no se resiste, ni se defiende, en ningún momento hace ademán de morder a su dueño. En el tiempo que duró la agonía, el animal solo ladró y gimió debido al dolor, hasta que falleció.
Un gato callejero de carácter muy sociable fue apresado, golpeado con sadismo y torturado hasta la muerte por dos personas con el objetivo de divertirse, mientras el animal sufría lo indecible y a continuación perecía. Después de atado y agredido, le introdujeron los dedos en los ojos, sacando uno de ellos de las cuencas orbitales.
Un grupo de individuos maltrató y degolló en plena calle a una vaca con un cuchillo de pequeñas dimensiones, para lo cual hubieron de practicarle varios cortes, mientras esta gritaba desesperadamente, produciéndole con ello un enorme sufrimiento hasta el momento de morir. Ningún transeúnte les recriminó la acción.
Siete personas que hacían senderismo acorralaron y agredieron a un jabalí, lanzándolo al vacío desde una montaña con la ayuda de sus palos. Colgaron el video en redes sociales para glorificar lo que habían hecho.
Cazadores furtivos asesinaron a cuatro linces Ibéricos; uno de ellos era una hembra que esperaba cuatro crías que, al morir la madre, también perecieron.
Dos aves rapaces protegidas, un Azor adulto y una hembra joven de Ratonero, fueron matadas impunemente a tiros. Después, en vez de hacer desaparecer los cadáveres, estas fueron expuestas en un lugar visible para que pudieran ser vistas por todo el mundo.
En todas estas historias sus autores, por mera diversión, sometieron a los animales a un maltrato tipificado por ley como delito y que conlleva penas materiales y de prisión.
Aunque todos los animales son seres que piensan, respiran y sienten por igual, el delito de maltrato no está regulado de la misma manera si se realiza a un animal doméstico —entendiéndose por animales domésticos a gatos y perros que no sean utilizados para la caza— que a un animal no doméstico.
Para entender esto veamos primero qué entiende la ley por del delito de maltrato animal: “El maltrato animal es el comportamiento cruel de una persona hacia un animal con el objetivo de causarle sufrimiento, estrés o muerte”.
Hasta la reforma que tuvo lugar en el año 2015, un animal doméstico tenía la consideración legal de cosa, por lo que su maltrato, con o sin resultado de muerte, se resolvía únicamente mediante el pago de multas.
A partir de dicha reforma, los animales domésticos adquirieron la consideración de animales sintientes, conllevando el delito penas de prisión.
Actualmente, la pena máxima a un agresor cuyo maltrato haya acabado con la muerte del animal conlleva de seis, a dieciocho meses de prisión; además, la ley establece una prohibición de entre dos y cuatro años respecto a la tenencia, la venta de animales o cualquier tipo de trabajo relacionado con ellos por parte del maltratador. En el caso de que el animal maltratado no perezca, las penas son mucho menores, de tres meses y un día, a un año de prisión; el agresor no podrá poseer animales, ni venderlos, ni trabajar con ellos por un período de tiempo de entre un año y un día, a tres años.
Respecto a las penas que establece la ley cuando el maltrato afecta a animales no domésticos —se incluyen los perros utilizados para cazar— y a la fauna silvestre, dado que estos animales tienen la consideración legal de cosas, el delito de maltrato está penado únicamente con multas.
¿Y qué pasaría si el animal maltratado perteneciera a la fauna silvestre protegida?
En estos casos la ley prevé penas de prisión que oscilan entre seis meses y dos años para quien cace, pesque, adquiera, posea o destruya especies protegidas de fauna silvestre, trafique con ellas o partes de ellas o realice actividades que dificulten su reproducción.
Cabe preguntarse: ¿Qué diferencia existe en los perros que se usan para cazar y los no cazadores?, ¿es que no son perros igualmente?
Aunque tanto los perros utilizados para la caza, como los que no se destinan a este fin son seres sintientes por igual y comparten una misma nobleza de carácter, las insistentes quejas de los cazadores consiguieron, lamentablemente, que se reformara la ley y que estos perros fueran excluidos del apartado de animales domésticos para pasar desde entonces a ser considerados como cosas, con todo lo que ello conlleva desde el punto de vista legal.
Es inconcebible que un perro sea considerado legalmente como un ser sintiente o una cosa en función únicamente de su raza. Es inadmisible que muchos de estos canes destinados a la caza (afortunadamente no todos), vivan hacinados, malnutridos y sean portadores de enfermedades tan graves como la leishmaniosis.
Es intolerable que se pueda maltratar, e incluso quitar la vida, a animales no domésticos por diversión y cuya pena sea una pequeña multa.
Por otro lado, es necesario formar a los Cuerpos de Seguridad, ya que, en ocasiones, los agentes no están al corriente del contenido de la ley y no saben cómo actuar ante un caso de maltrato. Pero también a abogados e incluso a jueces, con el objeto de que apliquen la ley de manera rigurosa; no puede suceder que una apelación pueda cambiar una sentencia condenatoria de prisión, por una irrisoria multa para el maltratador.
Debemos conseguir entre todos cambiar la ley y endurecer e incrementar las penas para los maltratadores de animales, y que estos ingresen en prisión. Será la única manera de proteger realmente a los animales.
Pero hasta que podamos llevar a cargo ese cambio, ante cualquier caso de maltrato animal que presencies, toma fotos, graba videos, hazte con pruebas y…
¡DENÚNCIALO A LA POLICÍA!
Recuerda, los animales solo nos tienen a nosotros, ¡si no hacemos nada, ganará siempre el maltratador!
Autor: Fran J. Fradejas | Observador del comportamiento animal y de la naturaleza
Ley de proteccion animales YA
Somos tercer mundistas en este tema
Los animales merecen un respeto y una vida digna
Ley de proteccion animales
En este tema somos tercer mundistas
Los animales tambien merecen un respeto y una vida digna
Estoy de acuerdo, hay que endurecer las penas, pero también conseguir que se aplique la ley de verdad, de manera firme. Es una vergüenza para nuestra sociedad la impunidad con que se maltrata cada día a tantísimos animales en todo el mundo.
Me ha conmovido la foto del gato que sale en el anuncio que aparece de la Protectora para hacerse padrino. Me alegro de que haya encontrado un nuevo hogar. Las personas que dedican parte de su tiempo a trabajar desinteresadamente en pos del bienestar animal tienen mucho mérito, hacen una labor increíble, así que creo que hay que apoyarlas. ¡¡Por mi parte, ya tienen una madrina!!