La Ertzaintza ha detectado una tendencia ascendente de las denuncias por estafas financieras, lo cual es debido, en parte, al incremento de la actividad de inversión a través de Internet y las nuevas herramientas tecnológicas
Esta actividad ha sufrido grandes cambios en la actualidad y, a día de hoy, cualquier persona puede invertir tanto en activos tradicionales como en los digitales (documentos electrónicos, diseños digitales y, los más populares, las criptomonedas). Este mercado digital está aún en proceso de regularización y las oportunidades de inversión no están libres de fraudes. Desde la Sección de Delitos Económicos se proponen diversos consejos para evitar riesgos y pautas a seguir en caso de ser víctima de este tipo de delitos.
Modus operandi
El modus operandi seguido por las supuestas empresas de inversión consiste en la captación de inversores mediante anuncios publicitarios insertados en medios de comunicación o en redes sociales, en los que publicita que si se dispone una cantidad de dinero que oscila entre 250 y 300€, existe la posibilidad de invertir en criptomonedas u otros activos. Todo ello bajo la promesa de obtener altos beneficios. El futuro inversor se interesa por la publicidad y proporciona algún dato de contacto para que los analistas/asesores se comuniquen con él.
El objetivo es ganarse la confianza del inversor y, para ello, tratan de dar una visión de profesionalidad y credibilidad con el objetivo de que inviertan mayores cantidades de dinero. Utilizan distintas herramientas tales como una página web con apariencia de legalidad, crean una cuenta al cliente en la página web, formalizan contratos, etc., y prestan una atención personalizada al futuro inversor. Es decir, llevan a cabo todos los trámites como si se tratara de una empresa autorizada para prestar servicios de inversión.
Ante la inexperiencia del inversor en estas operativas de inversión, los presuntos analistas/asesores con el ánimo de “ayudar”, convencen a la víctima para que instale una aplicación de escritorio remoto y el estafador, desde su dispositivo electrónico, tiene la capacidad de controlar el dispositivo de la víctima y de actuar como si del propio inversor se tratara. Así, realizarán operativas de compra y posterior transacción a diferentes monederos virtuales por cantidades fraccionadas, con lo que resulta casi imposible el seguimiento del dinero.
En esta fase la víctima ve cómo el dinero aportado aparece en la cuenta que se ha creado en la página web de la supuesta empresa de inversión y cree que las ganancias prometidas se están realizando, a pesar de que todo es ficticio.
La estafa se concreta cuando el “inversor” quiere recuperar su dinero y los presuntos estafadores, bajo pretextos como el pago de comisiones o la legalización de las cuentas, etc., les exigen mayor cantidad de dinero para recuperarlo. El inversor, después de aportar las cantidades requeridas, detecta cómo el contacto con el “analista” se diluye hasta desaparecer y no recibe los depósitos prometidos. Finalmente se percata de que ha sido estafado.
Recomendaciones antes de invertir
1- Consultar en la página web de la Comisión Nacional de Mercado de Valores y comprobar si las supuestas empresas están autorizadas para ofrecer servicios de inversión. Así mismo, pueden aparecer avisos reportados por sus homólogos extranjeros en https://www.cnmv.es/portal/Consultas/BusquedaPorEntidad.aspx. Si la empresa es extranjera, consultar con el regulador homólogo del país donde esté registrada la presunta empresa de inversión.
2- Realizar una consulta básica en internet con el nombre de la empresa y obtener información al respecto, noticias, opiniones, etc.
3- Analizar la página web de los servicios de inversión y ver si se trata de un bróker o empresa de inversión regulada, si su sede se encuentra en un paraíso fiscal, etc. Poner atención en la letra pequeña y tener en cuenta las advertencias que en ocasiones aparecen sobre el riesgo que esa inversión concreta conlleva y sobre la posibilidad de la pérdida del capital invertido.
4- A priori, no fiarse si recibimos ofertas de inversión no solicitadas. Tampoco nos fiaremos de presuntas empresas de inversión que prometen altos beneficios en cortos periodos de tiempo y que no realizan el cuestionario previo para determinar cuál es el perfil del inversor.
Una vez comenzado el proceso de inversión
1- No facilitar en ningún caso información sobre claves, contraseñas, etc.
2- Desconfiar si el presunto inversor nos propone descargar y usar la aplicación de escritorio remoto, ya que en el momento en el que aceptemos, el estafador podrá tener acceso a nuestro dispositivo electrónico (ordenador, teléfono móvil, etc.). En caso de haberlo hecho, finalizar la conexión y no permitir una nueva.
3- Si nos percatamos en una fase inicial de la estafa, no realizar más depósitos para invertir.
Qué hacer en caso de ser víctima de una estafa financiera
1- No realizar más depósitos para recuperar el dinero invertido a pesar de que los estafadores nos conminen a ello.
2- No permitir la conexión a la aplicación de escritorio remoto.
3- Contactar rápidamente con nuestro banco y comentarle la situación para que nos informe de si es necesario cambiar o anular claves de acceso para operar en banca on-line. Todo esto con objeto de evitar que a través de la aplicación escritorio remoto realicen transferencias de dinero o cualquier otra operativa sin consentimiento de la víctima.
4- Denunciar la estafa.
5- Las expectativas de recuperar el dinero son muy escasas. No obstante, existen empresas que se publicitan con este objetivo. En estos casos, queda a decisión de la víctima el contratar o no sus servicios. A este respecto, es importante reportar que se han producido casos en los que son los mismos estafadores que, al percatase de que la víctima se ha dado cuenta de la estafa, contactan de nuevo con ella, bajo distinto nombre, para ofrecer sus servicios y pedirle de nuevo dinero para la realización de gestiones de recuperación, produciéndose una nueva estafa.