La Asociación Unión de Guardias Civiles en Cantabria lleva años alertando de la falta de personal en las unidades cántabras. Esta semana hace pública la queja de una ciudadana, que tras ser víctima de un robo, intentó realizar la denuncia de los hechos en el Puesto de Santoña, después en la comandancia de Campogiro (Santander), y en el Puesto Principal de Camargo, para finalmente hacerlo en la Comisaría de Policía Nacional de Santander.
Según la Asociación UNIÓNGC, El paso de los años ha envejecido la plantilla de la Guardia Civil de Cantabria, y tanto la aparición de nuevas realidades delictivas, como la falta de atractivo de las unidades operativas, ha reducido drásticamente el potencial de respuesta, tanto de seguridad ciudadana como de la Agrupación de Tráfico
La falta de incentivos económicos y laborales, la falta de apoyo legislativo y la soledad del servicio de seguridad ciudadana, desincentiva a los guardias civiles para permanecer en estas unidades. Cada vez hay menos patrullas, lo que aumenta el riesgo físico en cada intervención, y supone a la vez, una carga de trabajo superior, y una mayor responsabilidad en cada actuación. Puestos como Castro Urdiales o Camargo, los únicos con la categoría de Puestos Principales en Cantabria, necesitarían cerca de 70 efectivos para comenzar a ser operativos, teniendo en la actualidad menos de 40 efectivos, y dedicando menos de la mitad a patrullar las calles. En concreto la primera Compañía, que se extiende desde Santander hasta Vega de Pas y atiende una población muy superior a los 100.000 habitantes, logra dedicar a su atención el 45% de la plantilla en el mejor de los casos .
Esta grave problemática, ha generado una desbandada en algunas unidades de seguridad ciudadana, que está viendo como muchos de sus miembros piden traslado a unidades de la vecina Vizcaya, donde las plantillas no tienen problema de efectivos, la responsabilidad es menor y el salario sensiblemente más alto.