El 30 de julio de 2009, ETA colocó una bomba lapa en los bajos de un coche patrulla de la Guardia Civil que mató a dos agentes del Instituto Armado, Diego Salva y Carlos Sáenz de Tejada. Fueron los últimos asesinatos de la banda terrorista en territorio español.
Un día antes de ese atentado había llegado a la isla el sargento de la Guardia Civil Juan Carlos Alabarces y su perro Ajax, especialista en la búsqueda y detección de explosivos y destinados en el Grupo de Explosivos del Servicio de Seguridad del Rey.
Junto a varios compañeros, se ofrecieron de forma voluntaria para ayudar en el dispositivo de búsqueda de un posible segundo artefacto. Ajax localizó una bomba que se encontraba cuidadosamente adosada a los bajos de un vehículo cercano al Cuartel de la Guardia Civil.
El área fue evacuada y la explosión controlada, dispersándose los restos de metralla en un área de cien metros sin causar ninguna baja humana más. El dispositivo contaba con un sensor de movimiento y la actuación de Ajax salvó aquel día varias vidas, incluida la de su guía.
Por este motivo, fue condecorado en Móstoles (Madrid) por la organización benéfica británica People’s Dispensary for Sick Animals (PDSA). Se trata del primer perro en España y el segundo fuera de Reino Unido en recibir dicha condecoración, la cual ha sido otorgada únicamente a 21 perros en todo el mundo. Un reconocimiento similar a la Cruz de San Jorge para las personas.
Tras una vida canina dedicada a la Guardia Civil, Ajax se jubiló en el 2012. Justo un año después enfermó de forma fortuita y murió en Antequera (Málaga) por anemia y un problema hepático. En el cementerio de Ilford (Londres), donde descansan los animales condecorados por hechos heroicos, hay una placa conmemorativa en memoria de Ajax. Mientras que en España, el sargento Alabarces decidió donar a su compañero al Museo de la Guardia Civil junto a todas sus medallas.
Autor: Antonio Abarca para h50