Desde la Confederación Española de Policía solicitan que el Ministerio del Interior tome medidas inmediatas para poner fin a la incapacidad de los dos comisarios, máximos responsables del puesto fronterizo de Policía Nacional en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, que asisten impotentes a la fuga de solicitantes de asilo en nuestro país desde las salas en las que se encuentran internados a la espera de que se tramite su petición de protección internacional, con los riesgos que eso comporta para la seguridad operacional de aquella infraestructura. En este sentido, en solo cuarenta y ocho horas abandonaron esas instalaciones hasta veintiséis ciudadanos magrebíes, accediendo ilegalmente a nuestro país sin mayor dificultad todos menos uno e incluso poniendo en riesgo la seguridad operacional.
La primera de las fugas se produjo en la madrugada del viernes, 11 de enero, con la huida de nueve ciudadanos de origen marroquí de las dependencias en las que estaban internados (la denominada sala 4 de la Terminal 4 Satélite del aeropuerto) aprovechando una vulnerabilidad de esas instalaciones y llegando a acceder incluso a las pistas del aeropuerto, aunque sin provocar alteraciones en el tráfico operacional. Menos de veinticuatro horas después, durante la madrugada del sábado 13 de enero, eran otros diecisiete ciudadanos procedentes del mismo país los que se fugaban de la llamada sala 3 de la Terminal 1 del aeropuerto, alcanzando la zona pública del recinto y teniendo plena capacidad, por tanto, para ingresar en nuestro país sin mayores trabas.
A las pocas horas del segundo incidente, uno de sus protagonistas se presentaba voluntariamente con la pierna izquierda escayolada en la comisaría de Policía Nacional de la Terminal 1, explicando que se había lesionado durante la huida y que regresaba para coger su teléfono móvil y pertenencias, quedando nuevamente ingresado en la sala de asilo hasta la resolución definitiva del expediente de protección internacional.
Remarcan desde CEP la facilidad con la que se logró sortear las medidas de seguridad en el primero de los incidentes ya resulta preocupante por sus potenciales efectos sobre la seguridad aérea. Pero la reiteración en sólo unas horas -la ausencia de los solicitantes de asilo se detectó, en esta segunda ocasión, cuando se accedió a la sala para suministrarles el desayuno- demuestra la deficiente planificación de los servicios por parte de los dos máximos responsables del puesto fronterizo de Policía Nacional. En este sentido, se podrían haber adoptado las medidas necesarias para analizar las vulnerabilidades de esos recintos, activando de esa manera actuaciones preventivas que impidieran su reiteración. Pero además, el despliegue policial de seguridad debería haberse visto significativamente reforzado, incluso con unidades de seguridad ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Madrid.
Denuncian que nada de eso ha ocurrido, dejando a los policías nacionales del puesto fronterizo ante una situación que sobrepasa sus capacidades y que les sitúa en un marco de mayor vulnerabilidad física y jurídica en el caso de detectar a tiempo esas fugas y tratar de evitarlas, teniendo en cuenta que en ellas participa un número considerable de personas. Desde CEP, por tanto, reclaman que el jefe superior de Policía de Madrid asuma personalmente el control de la situación, que refuerce la presencia policial en el control de esas salas y en las zonas adyacentes y que ordene un análisis exhaustivo de vulnerabilidades para adoptar las medidas policiales que impidan nuevos incidentes similares e impermeabilicen el aeropuerto. “No vale ya escurrir el bulto y culpar a otros actores, como AENA, porque la protección de la seguridad ciudadana y la extranjería y fronteras son competencias exclusivas de la Policía Nacional y no del gestor aeroportuario”.
El pasado 19 de diciembre CEP ya denunció la situación límite de las dos salas que acogen a los solicitantes de protección internacional que llegan a nuestro país por ese aeropuerto, sobrepasadas debido al aumento exponencial de la llegada de ciudadanos keniatas que, en realidad, se trataría de nacionales cuyo origen es Senegal. La mayor parte de los solicitantes de asilo que colapsan las capacidades de las salas llegan en tránsito internacional desde el aeropuerto marroquí de Casablanca, cuando lo que en realidad pretenden es acceder a territorio europeo mediante esa solicitud de protección internacional en frontera.
Para acabar con ese repunte tan anómalo y sospechoso de solicitudes de asilo, CEP ha reclamado la activación inmediata de un visado de tránsito aeroportuario (VTA) a nacionales de Kenia y Senegal, que obligue a que para viajar a España sea necesario contar previamente con una autorización y la acreditación fehaciente de los datos de identidad y nacionalidad. En el caso de viajeros procedentes de Kenia, su activación está previsto sea inminente, tal y como pidió la organización sindical.
Señalan desde el CEP que de las más de doscientas personas que ahora se encuentran alojadas en esas instalaciones del aeropuerto -la mayor parte marroquíes, keniatas y senegaleses- en torno a la mitad tienen pendiente realizar la primera entrevista de ese proceso de asilo, cuestión esta que requiere de unos plazos más prolongados por la necesidad de disponer de intérprete y abogado para realizarla. Por tanto, no es previsible una solución a corto plazo de esta problemática y la Jefatura Superior de Policía de Madrid debe adoptar las medidas necesarias para anticiparse a nuevas situaciones de riesgo.
Recuerddan, finalmente, que los titulares de los Juzgados de Instrucción nº20, 19 y 6 de Madrid, todos ellos con competencias sobre el control de esas salas del aeropuerto, emitieron el 22 de diciembre de 2023 un acuerdo en el que se confirmaba la saturación de esas instalaciones y requiriendo al Ministerio del Interior para que adoptase “con carácter urgente, cuantas medidas resulten precisas para poner fin a la situación de hacinamiento”. Desde entonces, se ha habilitado en precario una tercera sala, destinada a mujeres y niños, con el objetivo de tratar de reducir el nivel de ocupación de las otras dos.