Inicio esta carta al estilo de las modernas sagas cinematográficas, al estilo de las grandes historias, pues la de nuestro monumento a la Policía en su bicentenario estoy convencido de que lo será.
Yo, Luis Mairata De Anduiza, hijo de Francisco Javier Mairata de los Ríos, hijo de Pedro Mairata Serrano, hijo de Pedro Mairata de Arjona, hijo de Pedro Mairata Ferrer y Clementina de Arjona Carló, hija de Manuel de Arjona Tamariz, hijo de Jose Manuel de Arjona de Cubas. Fue éste último el fundador de la Policía, primer Superintendente de la Policía General del Reyno, que ostentó entre otras distinciones y responsabilidades la de caballero gran cruz de la Orden de Carlos III, y de la de Isabel la Católica, oficial de la Legión de Honor de Francia, maestrante de la Real de Sevilla, consejero del Real Consejo de Instrucción Pública y del de Sanidad del Reino, ministro del Consejo y Cámara de Castilla, del Consejo Privado de SM, Ministro del Real Consejo del Almirantazgo y del Real Consejo de la Guerra, Asistente de Sevilla, Intendente General del Ejército de Andalucía, Superintendente de Rentas Reales de la misma ciudad, Corregidor de Madrid, Gobernador de la Sala de Alcaldes de la Casa y Corte, Presidente del Concejo de Mesta, miembro de número de la Real Academia de la Historia y de la de San Fernando, Senador vitalicio del Reino, Magistrado[1].
Yo, protagonista involuntario, cuando iniciamos esta aventura, puse a la Asociación al servicio de la causa, pues la presidencia es servicio, y no puedo sentir más orgullo y satisfacción que cuando sirvo a los que sirven. Una de mis primeras pretensiones fue la de cumplir con la tradición española en las suscripciones nacionales, por lo que escribí a la Casa Real solicitando se nos concediera el honor de iniciar los donativos SM el rey Felipe, sexto de su nombre, como sus predecesores Enel trono lo habían hecho con tantos y tantosmonumentos. En la carta apelé precisamente a que la creación de la policía española se debió al deseo personal de su hexabuelo[2] Fernando VII, que en atención a la seguridad de sus súbditos encargó a mi hexabuelo, José Manuel de Arjona de Cubas, su organización y dirección. La Casa Real me contestó que esta antigua costumbre no era de uso actual de la Casa Real, no pudiendo realizar excepciones, como tampoco aceptan nombramientos a perpetuidad.
Entiendo las razones, aunque no por ello vamos a dejar de insistir a la realeza para que nos ayude con un proyecto que queremos sea exitoso, y que sea también de todos. Es por ello que me dirijo ahora a otro rey, a Melchor, al que la tradición sitúa en la mítica Tartessos, el reino más occidental conocido por los contemporáneos de otro rey, el del universo, que acababa de hacerse niño en Belén, bajo cuya autoridad y protección pongo todas mis intenciones y obras. Al rey del universo se dirigió Melchor, junto con Gaspar y Baltasar, ofreciendo el primero como presente un cofre con oro, mirra, según otros. En el evangelio no se especifica el nombre de los magos, ni cual fue el regalo concreto de cada uno de ellos, por lo que la lógica que une la tradición de Melchor al reino de Tartessos nos dicta que su regalo fue el oro. El reino de Tartessos se hizo famoso por el comercio de los metales preciosos, habiendo sido un proveedor habitual para el templo de Salomón, uniendo así la realeza que simboliza el oro con el sacerdocio de Cristo y el templo.
La tradición nos lega que estos reyes magos siguen visitándonos cada 6 de enero, día en que se celebra la epifanía del Señor, y que los niños (y los que no lo somos ya tanto) podemos presentarles nuestros deseos. Y mis deseos principales para este año son que la celebración del bicentenario de la Policía Nacional sea un éxito, y que se pueda ver coronado por el monumento que estamos promoviendo, así como el homenaje a José Manuel de Arjona. Y esto no será posible si no es con el “oro” que esperamos nos conceda el rey Melchor a través de los españoles generosos que quieran expresar así su amor y reconocimiento a la Policía. Os necesitamos, y para ello ponemos a su disposición nuestra cuenta bancaria, bizum, y paypal, con nuestro agradecimiento por adelantado. También recordamos a los representantes de las asociaciones y entidades que lo deseen que pueden sumarse al proyecto de forma institucional.
Tienen información más completa en nuestra página web:
https://www.donantenacional.es/monumento
Ilustramos este artículo con un dibujo de un policía a caballo con el uniforme de invierno según el reglamento de 1911, obra del publicista Pedro Mairata Serrano, bisnieto del fundador.
Luis Mairata De Anduiza, Presidente de ANDFCAE, Asociación Nacional de Donantes de las Fuerzas y Cuerpos Armados de España.
[1] Del archivo de Ramón Mairata.
[2] Termino no reconocido por la RAE, pero de uso común que expresa la sexta generación, el bisabuelo del bisabuelo, o en mi caso el abuelo de mi tatarabuela.