¿Qué está sucediendo en las dos últimas semanas con el famoso “pico” de Luis Rubiales a Jenni Hermoso, jugadora de la selección española? Las repercusiones que se han ido dando en todos estos días, se hicieron notar desde las primeras horas del hecho en cuestión. Se dieron diferentes vueltas al asunto, pues, la señora Ministra de Igualdad Irene Montero, recalcó desde el minuto uno que este acto “era machista y era una forma de violencia sexual que sufren las mujeres”.
Por ello me tomo la libertad de recordar otros momentos que si el de Jenni Hermoso se trata de un caso de violencia sexual, los que voy a citar, también lo son, ¿Verdad? ¿Queremos igualdad?
Recordemos el fatídico momento que tuvo que aguantar Jordi Cruz en el programa Master Chef, o Iñigo Errejón por parte de Carmena, por ejemplo… estos casos se lavaron las manos por ser por parte de mujeres a los hombres, dicho en otras palabras, aguántate porque eres hombre y esto es lo que hay.
Con ello no voy justificar en ningún caso que Luis Rubiales actuase de forma adecuada, sino todo lo contrario, no era ni momento ni el lugar para dejarse llevar de esa forma, además de que se trata de un perfil muy prepotente que sabíamos que iba a responder de estas formas por lo que hizo, por lo que no era sorpresa su actitud en la rueda de prensa. Pedir disculpas por las formas no debería ser un problema social, pero ya podemos ver que lo justifican unos y otros además de que no valoramos la sociedad en la que nos encontramos actualmente. Y que debemos guardar las formas en general, ya seas hombre o mujer.
Si, lamentablemente me dirijo con estas palabras, porque me siento como mujer, muy defraudada por la respuesta social alabando los mensajes incriminatorios de Irene Montero, Yolanda Díaz, Echenique, y todo un equipo que dice ser estar preparado para mejorar la sociedad.
Sigo sin ver manifestaciones por lo último sucedido por ejemplo, de un agresor sexual reincidente de la provincia de Sevilla, beneficiado por la “Ley del: SÓLO SÍ ES SÍ”, habiendo confesado que “sigue siendo un enfermo sexual y que padece un impulso que no se puede curar”.
Un agresor que sabe que debe estar entre rejas porque no puede evitar la debilidad por ir de cacería hacia sus víctimas, dejando totalmente esta ley, desprotegidas a las mujeres de nuestra sociedad.
No dejo de lado el famoso caso de “Tito Berni”, otro claro ejemplo de la necesidad de manifestarse y proclamar los derechos humanos y de las mujeres. Pero ¡NO!, aquí no solo callamos, sino que además no mostramos mucho más que cuatro frases para quedar bien ante las mujeres que siguen el nuevo feminismo que nada que ver con la realidad. Parece que irse de prostitutas en fiestas del partido socialista son de bien y no se pueden dar el mismo bombo, incriminar, enjuiciar… que en las fotos publicadas por el periódico ABC se podían apreciar diferentes diputados y asesores del grupo socialista, participando en “cenas” especiales. Sin duda, una locura con todas las palabras.
Aquí no vi a las mujeres pedir justicia y aclamar que se actuara con el procedimiento necesario, lo cual hacia especial falta.
Por último, algo que se debía resaltar, volviendo al caso de Luis Rubiales, en un principio Jenni Hermoso, no calificó los hechos como violentos, ni se sintió agredida. Fueron días después tras todo el revuelo, el comunicado donde indicaba haberse sentido “vulnerable y víctima de una agresión”. Las consecuencias de ello son que, pasa a un procedimiento y suspensión del investigado por los hechos iniciando las acciones legales que correspondan según revela el comunicado de La RFEF. Las imágenes que acaban de ser publicadas en los últimos dos días, por parte de Alvise, que ahora corren como la pólvora, dejan en entre dicho todo lo que se le está acusando a Luis Rubiales, y se suben al carro unas cuantas más para añadir carnaza al asunto.
No podemos consentir que en la sociedad se permita este tipo de actos, pero tampoco podemos consentir que sigan creciendo las agresiones sexuales, violaciones grupales, la violencia de género está siendo de las peores en los últimos años, y que los partidos políticos no se hagan eco de nada más que el caso de Luis Rubiales.