El joven marroquí de 22 que acabó con la vida de su padre lo hizo para “echar al diablo de casa”, según se publica en varios medios. Vivian en un piso de la calle de Figueres de Vilafant, en el Alt Empordà, donde se produjeron los hechos esta madrugada.
Llegó a clavar un cuchillo de cocina en el cuello a su propio padre, de 50 años. Utilizó también un destornillador con el que clavó varias veces la espalda de la víctima Los Mossos tuvieron que reventar la puerta del lavabo donde se había escondido.
El hombre muerto tiene 50 años y era el padre del agresor. Se trata del imán de una de las mezquitas de Roses, que justo había llegado a casa hacía poco rato.
Minutos antes de cometer el asesinato estuvo gritando durante toda la tarde desde el interior de la vivienda. “Pensé en un primer momento que se iba a tirar”, dice un vecino.