Jóvenes guerrilleros urbanos han protagonizado duros ataques en la cuarta noche de disturbios en Francia. Una comisaría de policía ha sido incendiada en Rouen, Châtelet, así como varias tiendas ha sido saqueadas bajo la oleada de violencia derivada por el tiroteo mortal de un adolescente durante una intervención policial.
Los atacantes se organizan a través de redes sociales y grupos de comunicación internos para diseñar ataques estratégicos contra los intereses del Estado. También ocasionas graves daños incendiando vehículos a su paso o mobiliario urbano sembrando el caos total en las calles de los mayores núcleos urbanos de Francia.
Aumenta la presión sobre el presidente Emmanuel Macron después de que hizo un llamado a los padres para que mantuvieran a los niños alejados de las calles y culpó a las redes sociales de alimentar violencia.