Es una realidad emergente y cada vez son más los casos denunciados. En España no hay un registro específico de abusos sexuales por sumisión quimica con lo que podemos estar hablando de unos 100 casos anuales sin temor a equivocarnos.
Se estima que entre un 20% y un 30% de las agresiones de naturaleza sexual se deben a esta causa.
El Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF) ha establecido los perfiles de las víctimas y agresores, sin aventurar datos concretos sobre el número de casos.
PERFIL DE LA VÍCTIMA
El 70 % de los casos se produce entre menores de 30 años, siendo el grupo de mayor riesgo las mujeres entre 15 y 19 años.
El perfil tipo es el de una mujer que ha consumido alguna bebida alcohólica, pierde la conciencia y despierta con signos evidentes y sospechas de haber mantenido relaciones sexuales no consentidas.
SUSTANCIAS
Son variadas, desde las benzodiacepinas, ansiolíticos, hipnóticos, otras drogas sintéticas como la GHB, pasando por el alcohol, hasta las drogas de abuso. Los efectos van desde la desinhibición hasta la amnesia, o incluso la sedación.
Son numerosas las sustancias que pueden emplearse. La escopolamina mezclada con químicos y conocida como burudanga es de las más conocidas.
DIAGNÓSTICO
Es tremenda la dificultad y el análisis, muchas de estas sustancias desaparecen rápidamente.
Ya en 2012 el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF) elaboró un protocolo de actuación médica para los casos que estamos tratando.
AGRESORES
El perfil es variado, son depredadores sexuales, en ocasiones actúan en manada.
Seriales y con antecedentes si le funciona el “método” lo repetirán, suelen actuar los días festivos.