España “vaciada”: ¿España insegura?

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Llega a resultar cansino, lo recurrente que es hablar de la “España vaciada por quienes solamente conocen esa España nada más que al disfrutar un puente de casa rural. Lo peor, es que tratan el tema de manera maniquea, partidista y siempre desde una perspectiva muy populista.

La mayoría de aquellas personas que siempre que pueden, sacan a la palestra la problemática existente en la denominada España vaciada… Es gente que normalmente vive en la comodidad de la urbe, y bastante alejada de las dificultades que en las zonas rurales, por desgracia son el pan de cada día.

 Un discurso interesado.

Solamente alzan la voz para denunciar el abandono de la España rural, cuando van el fin de semana al pueblo y se encuentran, que no hay consultorio médico y el hospital más cercano está casi a cincuenta minutos, circulando por una siniestra carretera secundaria. El resto del año, les importa bien poco, si ese centro de salud abre o no, si los colegios no tienen niños suficientes como para mantenerlos abiertos, o si el cuartel de la Guardia Civil que toda la vida ha estado funcionando ininterrumpidamente, ahora resulta que es declarado en ruina y los agentes que prestan servicio en el, han sido trasladados a otras lejanas dependencias, provocando como daño colateral un incremento de la inseguridad ciudadana.

Una opinión de primera mano.

Cuando uno proviene de una zona rural como es la comarca del Campo de Montiel, situada al sur de la provincia de Ciudad Real, sabe muy bien de lo que habla, y más,  cuando quiere poner de manifiesto las carencias y el abandono de comarcas enteras, por parte de las instituciones gubernamentales centrales. Es irritante comprobar, que por el mero hecho de vivir en una zona extremadamente despoblada y extensa, no puedan disfrutar como corresponde, de los servicios más primarios y básicos. Para ser idéntico el pago de los impuestos, la recompensa que se termina obteniendo, no es nada equitativa, si la comparamos con la que reciben quienes viven en una ciudad.

El criterio objetivo con el que escribo estas palabras, viene sustentado por las experiencias vividas durante décadas en un pueblo de menos de mil habitantes, y no por lo que algunos políticos me cuenten cómo creen que son las cosas aquí, ya que ellos rara vez pueden hablar de su experiencia en este tema, porque normalmente sus palabras siempre vienen de oídas, en forma de discurso relatado.

Factores y consecuencias vitales.

Si la educación y la sanidad pública de la que sacan pecho tantos dirigentes políticos, son factores infinitamente importantes en las zonas rurales, lo que se debería hacer, es invertir y fomentar en esos factores y no  sacarlos solamente en anuncios o en carteles cuando se acercan las elecciones.

Hay otros tantos muchos factores relevantes en la España rural, como para escribir en multitud de artículos sobre el comercio, la industria, etc, pero aquí haré mención a un tercer factor, que también tiene titularidad pública y que está relacionado con los demás. La seguridad ciudadana.

El sentimiento de seguridad, esta estrechamente ligado al desarrollo de la personalidad humana y a la consecución de sus proyectos. Un empresario, no va a crear o instalar una empresa en una zona en la que no se sienta seguro, y en la que según su análisis de riesgos, no tenga garantías suficientes de que su actividad se pueda desarrollar con normalidad. Véase si no, lo que ocurrió después del uno de octubre de 2017 en Cataluña, cuando miles de empresas se marcharon de la comunidad autónoma por el miedo y la inseguridad generada por los golpistas.

En la España rural, el ciudadano que vive, o que desarrolla su actividad empresarial allí, también necesita de una seguridad para habitar y trabajar con la normalidad que se exige en toda convivencia. En las urbes, los ciudadanos están acostumbrados a tener policía 24/7 los 365 días del año, en las zonas rurales ese derecho existe igualmente, pero es imposible de llevar a la práctica.

Desmantelar una institución.

Estamos viendo como cada vez, más cuarteles de la guardia civil situados en zonas rurales, están siendo clausurados, argumentando dicho cierre en el estado ruinoso de las infraestructuras y en la falta de efectivos.

Si en una comarca de quince municipios y con una superficie extensísima, se van cerrando cuarteles de la guardia civil y se va trasladando a sus efectivos a zonas urbanas o aeropuertos, lo que se logra con ese desmantelamiento, es aumentar la inseguridad y crear zonas desprotegidas, dejando a su suerte a todos sus habitantes y convirtiendo esas comarcas en “el salvaje oeste”.

Es sumamente dificultoso para quienes desempeñan su labor como guardia civil en comarcas de la España rural, y esto es debido, a que, sin efectivos suficientes, ni medios adecuados, es imposible realizar un servicio óptimo cuando el ciudadano lo requiera. Son demasiados los casos, en los que para acometer un servicio, una patrulla de la guardia civil tiene que desplazarse treinta kilómetros o más, por vías secundarias y muchas veces en un estado deplorable, incluso en bastantes ocasiones, en temporada de lluvias, no se ha podido llegar a realizar dicho servicio, por quedar en comunicadas las carreteras.

Se podría enumerar un listado enorme con las deficiencias y las quejas de los ciudadanos ante la gestión de este asunto, pero es necesario hacer algo que resulte más efectivo, y para ello lo más idóneo es empezando a hablar claro para que el problema sea visible, por ello, cada vez que se hable de la España vaciada, lo haremos también de la España insegura.

Para los ciudadanos de la España rural, ha sido síntoma de orgullo y distinción, el mero hecho de que su municipio contase con un cuartel de la guardia civil. Siempre ha existido una estrecha relación entre los vecinos del pueblo y quienes venían destinados como guardias civiles. El acogimiento por parte de los vecinos a los agentes y sus familias, era muestra de agradecimiento hacia quienes para protegerles, dejaban lejos sus anteriores hogares.

Para muestra, un pueblo, una comarca.

Da igual si la comarca está en el campo de Montiel, en Cebreros, o en Cáceres, la España rural es muy extensa, y si en la ley de fuerzas y cuerpos de seguridad del estado 2/86 se resalta que la guardia civil realizará y desempeñará su función en las zonas rurales, creo conveniente a la par que obligatorio, que se cumpla ese precepto como Dios manda.

Y luego están los sobrados.

Por desgracia tenemos comunidades autónomas (Cataluña, País Vasco o Navarra) que piensan que por creerse el ombligo del mundo, están por encima del bien y del mal. Éstas privilegiadas y subvencionadas comunidades, detestan la presencia de la guardia civil en sus pueblos, al igual que celebran fiestas para echarles de sus casas, les agreden,  nosotros, los que  sabemos muy bien dónde estamos y lo que suponemos para el resto del país, les decimos a estos guardias civiles:

“Nunca olvidéis que aquí sí os queremos, aquí sí os necesitamos y si allí os piden iros, aquí os recibiremos con los brazos abiertos”

En Almedina, Cebreros,  o Madrigal de la Vera, siempre habrá hueco para quien desde mucho tiempo atrás, hace que la España rural, no sea una España insegura.

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