h50 es la voz y referente informático de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, del sector de la Seguridad Privada y de los Funcionarios de Prisiones. Hoy nos hacemos eco de una carta abierta que deseamos hacer llegar a muchas personas para abrir sus corazones a una buenas causa.
“Hola me llamo Maria Victoria
Nací discapacitada porque a mi madre se le fueron las contracciones y me tuvieron que sacar con forces, nos toco un doctor novato que me colocó esos aparatos donde no tenía que ponerlos y me daño, eran otros tiempos, por eso estoy en silla de ruedas.
He luchado toda mi vida por un trabajo, o que la Junta de Andalucía me diese una ayuda de incapacidad para poder vivir dignamente, pero solo me dieron los trabajos que no querían hacer los demás. He cotizado, pero donde trabajaba los encargados me decían que mi silla estorbaba a los demás trabajadores, salía de todos esos días enfadada y triste por haber perdido el tiempo.
Pero eso no me detuvo, la Junta de Andalucía me reconoció una discapacidad del 55%, con tan pocos grados no tengo derecho mucha ayuda. Durante toda mi vida he pasado muchos reconocimientos.
Mi situación me hizo caer en un pozo llamado depresión, todo el mundo sabe que coger la depresión es muy fácil, pero es más difícil salir de ella.
Para colmo también me atropello un coche cruzando un paso de cebra, lo pasé muy mal, porque me quedé sola con el sillín de la silla de ruedas en pleno paso de cebra. Gracias a Dios estaba cerca de la Comandancia de la Guardia Civil y mi amigo, un guardia, estaba en la puerta y tomó nota de todo para hacer un atestado.
El conductor del coche salió de él diciéndome que no me había visto. Lo primero que pensé es que no estaba atento, sino con el móvil, pero también me dijo que era agente de seguros, el reconoció que había sido su culpa, pero cuando se lo dijo a su seguro, me tuvieron medio año sin salir de casa porque no tenía silla de ruedas. Recibí el importe de mi silla de ruedas eléctrica, pero no los daños y perjuicios.
Estuve mucho tiempo sin poder salir a la callé. Luego tuve que recuperarme psicológicamente porque le cogí miedo a salir.
Pero gracias al apoyo de mi marido fui poco a poco haciendo vida normal. Pero las desgracias en casa de los pobres no acaban nunca, y cuando por fin ya estaba totalmente recuperada, atropellaron a mi marido en una rotonda.
Un automóvil se saltó la señal de Stop, y mi marido, que es parado de larga duración e iba en su moto, salió despedido hacia el parabrisas, y de allí cayó en el asfalto, perdiendo el conocimiento. De nuevo aparecieron dos guardias civiles que lo socorrieron junto con una ambulancia y una enfermera que pasaba por allí. Le estamos agradecidos.
Se me hizo muy largo el día, estuvo mucho tiempo dentro del quirófano.
Nuestros ingresos desde entonces dependen de las escasas ayudas que da el Gobierno Central y el Autonómico.
Con la crisis económica y que ni a él ni a mí, nos ha salido trabajo y está pandemia decidí empezar a tejer bufandas y mantas para ganar dinero y a eso es lo que me dedico.
Me puse en contacto con una persona de h50 Digital para que me ayudara, sé que son policías como mi padre, me contestaron rápidamente y me pidieron que escribiera esta carta… la moverán por todos lados y buscaran más medios para ayudarme. La mejor ayuda es hacerla llegar a todo el mundo y vivir de mi trabajo.
Solo deseo eso, vivir de mi trabajo, de mis bufandas y mantas tejidas con cariño y a mano. Os aseguro que os gustaran.
Este es mi contacto en Instagram por aquí recibo los encargos
Tu nombre, Victoria,hace honor a todos los retos superados por ti en tu dura vida.
¡Un abrazo inmenso, valiente!🥰❤️