El barrio de las Viudas en Valladolid es una zona marginal donde existe la Infravivienda (deterioros, humedades, suciedad…), además de una sobrepoblación y hacinamiento. El índice de delincuencia es de los más altos de la ciudad.
“Están instalados clanes de etnia gitana y marroquí”, nos comenta un compañero de la UDYCO de Valladolid, “es donde más armas hay y es difícil trabajar allí, estas expuesto”.
A esto se tienen que enfrentar nuestros compañeros de radiopatrulla:
https://www.youtube.com/watch?v=HwGL6yeP1rQ
Nos informan que estas imágenes están siendo investigadas, se sabe que proceden del barrio las Viudas y se investiga la fecha, lugar y personas.
Las agresiones a policías que trabajan en este barrio son continuas, sin ir más lejos, el pasado septiembre tres policías municipales fueron brutalmente agredidos por un grupo al tratar de identificar a una persona, o hace escasas fechas otro sufrió la rotura de un tabique nasal al tratar de mediar en una pelea.
Realizar las labores básicas de seguridad ciudadana como identificación, controles, o registrar un vehículo con sustancia estupefaciente…. se convierten en un verdadero peligro para los patrulleros de esa zona.
Ni la autoridad local (ayuntamiento) ni la Dirección de la Policía parecen interesados en poner remedio.
Desde este medio digital nuestra denuncia por la desprotección de nuestros compañeros.
Periódico Digital PolicíaH50
Me parece muy bien q mireis por la inseguridad de vuestros compañeros,pero y la de los vecinos q conviven con ellos los 365 dias del año,ellos los vecinos viven seguros?Me encantaria una respuesta.
Los pocos vecinos no problemáticos que quedan las Viudas, la inmensa mayoría de ellos gente mayor que son los ocupantes originales del polígono de viviendas, no conviven con estas otras personas por lo general, coexisten en el mismo barrio, que no es lo mismo.
Viven siempre bajo la amenaza de estos grupos y se han “acostumbrado” a los comportamientos antisociales y delincuenciales porque para desgracia de ellos siguen teniendo que vivir allí, bien porque no pueden salir de sus casas por razones económicas o bien porque tienen apego a sus viviendas y se niegan a abandonarlas a merced de los okupas.
La inseguridad es latente, aunque si uno pasa por fuera sin adentrarse en sus calles y plazas quizás no lo noté demasiado, más allá de las viviendas y vías públicas en un estado deplorable; en cuanto uno entra, ya le vigilan decenas de ojos y si está más de cinco minutos, no de paso, comienzan a salir grupos a increpar, amenazar y si se da el caso, agredir. Si no tienen reparo en abrir fuego en la vía pública y agredir a agentes de la autoridad, menos todavía en actuar contra gente normal, que por lo general tampoco pisa el barrio por razones obvias.