Este lunes, 26 de septiembre, la mesa de trabajo creada para debatir sobre la jornada laboral de la Policía Nacional ha concluido con una exhausta prórroga del sexto turno, también denominado “6×6“.
La jornada se planteaba compleja entre sindicatos y administración para tomar en tan solo una mañana decisiones determinante y a largo plazo que afectan a unidades básicas en la Policía como el GAC (Grupo de Atención al Ciudadano) u ODAC (Oficina de Denuncias y Atención al Ciudadano) así como otras catalogadas como especialidades y especializadas. Una negociación crucial que concluyó sin más novedad que el anuncio de otra prórroga del actual sexto turno y que esta vez concluirá con la última campanada que dará el reloj de la Puerta del Sol este año 2022.
Ese es el preciso momento en el que “caducará” la cadencia 6×6 si ambas partes no llegan a un acuerdo previo. Un momento, en cierto modo, delicado ya que se encuadra en pleno ecuador de la Navidad con miles de agentes trabajando y otros tantos de permiso coincidiendo con la celebración de fiestas y eventos que requieren un esfuerzo doble para garantizar la seguridad.
La conciliación familiar en jaque
A día de hoy, tan solo se sabe que las negociaciones se retomarán en octubre pero la incertidumbre ya tiene consecuencias para miles de policías que trabajan a turnos y se extiende víricamente sobre sus familias. Los agentes con hijos a su cargo se encuentran ahora ante una Navidad complicada inmersos en pleno curso escolar y con la agenda 2023 repleta de responsabilidades que no saben si podrán asumir. El cese de esta cadencia podría suponer un serio problema a la hora de compatibilizar sus responsabilidades como padres y fracturar la adaptación que hasta ahora tenían diseñada para poder llevar a sus hijos al colegio, a actividades extraescolares, deportivas…
Esta instabilidad también se cierne sobre policías que prestaban su servicio a turnos rotatorios y que el 6×6 le permitía cumplir con sus obligaciones y también cuidar de personas mayores o dependientes.
El sexto turno ha llegado de forma accidental pero ha contado con una indiscutible buena acogida generalizada por los agentes a diferencia de su ancestros “turno africano” y “turno americano” tan odiados por muchos. Durante todo este tiempo, contando con las adversidades de la era Covid-19, el 6×6 ha demostrado ser eficaz y capaz de conciliar la vida laboral y familiar siendo en conjunto una mejora histórica echando la vista atrás. También ha demostrado generar cierto arraigo en unidades como ODAC o GAC donde la veteranía es un grado y la excesiva rotación de efectivos puede derivar en una pérdida de efectividad y eficacia.
Llegados a este punto, el debate se hace más extenso e intenso. Sobre la mesa ya se encuentran otros puntos a tratar que rodean puntos de la actual norma que regula la jornada laboral donde no solo la cadencia está en juego sino también otras cuestiones como las compensaciones por juicios en vacaciones o libranzas. Los agentes se encuentran en un momento determinante que culminará con afianzar el sexto turno o caer en una rotación al gusto de agentes externos al servicio 24 horas.
