Reflexiones de un ex comunista

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Un artículo de Roberto J. para h50

Hace muchos años, mucho antes de ingresar a mi amado Cuerpo Nacional de Policía, simpaticé con el marxismo. En aquella época trabajaba en la construcción, estábamos construyendo una urbanización enorme en la que coincidíamos una gran masa de trabajadores (electricistas, albañiles, herreros, encofradores, carpinteros, etc) y todos teníamos en común un mismo problema. Las horas extra se abonaban de forma extremadamente arbitraria, en negro, siempre perjudicando al “currela” y en beneficio de las empresas y promotores. Nuestros representantes sindicales de CCOO y UGT no solucionaban el problema, pero hubo un sindicato que sí se mojó, la CNT. Tras una huelga y un parón general, conseguimos que las horas extra se abonaron religiosamente en nuestras nóminas, nada de rapiña y pagos en negro, el problema se solucionó en un tiempo récord.

Entonces me empecé a interesar por las teorías de Marx y Engel, empecé a acudir a mítines y asambleas comunistas y anarco-sindicalistas, yo no me tragaba obviamente toda esta doctrina, no creía en la revolución y en la utopía del comunismo, yo creía en la propiedad privada y en la lucha de los trabajadores a través del sindicalismo y la organización.

No me limité a la “arenga” simplificada del Manifiesto Comunista y demás panfletos; me metí en vena los tres ladrillacos de “El Capital”. Porque sí amigos, el marxismo es una teoría filosófica compleja, enrevesada y en algunos aspectos confusa; los movimientos ideológicos posmodernos identitarios basados en los sentimientos, los derechos humanos, la “justicia social”, la equidad etc que, como “comunista” abandera nuestra ministra de trabajo Yolanda Díaz, nada o muy poco tienen que ver con el materialismo histórico marxista, la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano fruto de la revolución francesa y los primeros movimientos feministas, fueron execrados por el propio Marx, al ser movimientos de origen y con frecuencia de dirección burguesa. Nada había en el Marxismo fuera de la lucha de clases, las condiciones materiales y la revolución de la clase obrera, si te preguntan “comunismo” y respondes “Derechos Humanos”, o no eres marxista/comunista o no tienes ni idea de lo que estás hablando o simplemente quieres engañar al personal.

Los conceptos mencionados, curiosamente inherentes al marxismo: Lucha de clases, revolución y emancipación de la clase obrera me chirriaban desde el principio, ya que Marx da un concepto de su materialismo histórico cambiante, mutable pero a la vez ofrece siempre una visión simplista, homogénea, de la sociedad y por supuesto siempre la misma “solución”, la revolución. Hay otros aspectos muy discutibles sobre el materialismo histórico como la plusvalía, pero ya bastante tostón es la presente como para meterme en más espirales made in “El Capital”.

Tengo que reconocer que algo bueno he sacado de mi época de “tonteo” con el marxismo y es reconocer la enorme hipocresía del posmodernismo ideológico, de los discursos de los “comunistas de purpurina” actuales, que forman este gobierno o aspiran a formarlo. Primeramente, mencionar al PSOE que abandonó el marxismo en 1979, rechazo encabezado por el aquel entonces secretario general Felipe González. Los represaliados, encarcelados y ejecutados del franquismo fueron en su gran mayoría comunistas y anarquistas, pero de la noche a la mañana, sin estructura clandestina previa, surgieron de la nada los “socialistos” con trajes de pana, agenciándose totalmente la lucha clandestina contra la dictadura, financiados por el Partido Socialdemócrata Alemán, subiéndose al carro de la transición y formando desde entonces la columna vertebral del régimen Constitucional.

Los mismos que hoy defienden el “legado” de Largo Cabalero o Indalecio Prieto, dirigentes del PSOE que encabezaron el golpe de estado de 1934 a modo de “huelga revolucionaria”, serian purgados por “socialtraidores” (como decía Stalin) por estos dos señores a los que defienden y reivindican. La hipocresía del revisionismo histórico del PSOE de la segunda república y la guerra civil es nachovidaliano, no hay por donde cogerlo.

Es curioso el hecho de que toda esa gente que eventualmente saca a pasear la bandera republicana no reconoce el golpe de estado de 1934, que solo triunfó en Asturias, pero que estuvo a punto de extenderse a nivel nacional, teniendo importantes focos de rebelión en Cataluña, Castilla de la Vieja, León, Valladolid y Ferrol, con un resultado de 2.000 muertos y 30.000 detenidos; si reivindicas la república española del 31 como ejemplo de democracia ¿Qué significa para ti una rebelión contra tu sistema ideal de democracia? La respuesta es fácil, un golpe de estado en toda regla.

¿Qué opinarían los “socialistos” de hoy si miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad asesinaran a un diputado de las Cortes como Calvo Sotelo? Entre 1931 y 1936 antes de la Guerra Civil y en los primeros meses de ésta, fueron asesinados unos 150 diputados y ex diputados de las Cortes, no se puede entender el golpe de estado del 36 sin estudiar el contexto pre guerra. La situación era ya de guerra al menos urbana, pistoleros de uno y otro bando matándose en las calles, conventos, monasterios e iglesias saqueadas, clérigos y monjas asesinadas y/o violadas, cuarteles de la Guardia Civil asaltados, anarquistas apropiándose de tierras y asesinando a patrones y terratenientes. Solo en el mes de febrero del año 1936, 5 meses antes de la guerra, hubo 441 asesinados (solo en un mes). Con esto no estoy justificando el golpe de estado, para mí esos generales fueron unos traidores a la patria, deberían de haber ayudado a restablecer el orden y no a aprovecharse del caos.

Así que con todo lo expuesto en este humilde artículo, cuando escucho al PSOE legislar la “memoria histórica” o “memoria democrática”, más actual esta última, me tiro de los pelos, para empezar que el PSOE históricamente no fue un partido demócrata, Largo Caballero lo decía bien claro “o nos hacemos el poder democráticamente o por la fuerza” (y lo intentó), cuando escucho hablar al PSOE de feminismo me tiro de los pelos; La mejor y más admirable FEMINISTA con mayúsculas de nuestra historia reciente, Clara Campoamor tuvo que abandonar Madrid al inicio de la guerra civil porque el Frente Popular, dirigido por el PSOE la iba a meter en una checa en el mejor de los casos o en el peor ejecutarla directamente (recomiendo la lectura de su libro “La Revolución Española Vista por una Republicana”).

A todo esto, dejo al margen a Podemos, pero os podéis hacer una idea, si la hipocresía del PSOE expuesta es nachovidaliana la de Podemos es Roccodescomunal.

¡Un saludo a todos los miembros de Primavera y a h50!

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