La Asociación Profesional JUCIL solicitó hace dos semanas al coronel jefe de la Comandancia de Valencia que pusiera en marcha el protocolo de actuación frente a un presunto caso de acoso laboral continuado sin haber recibido respuesta hasta ahora.
Esta asociación teme que con tan solo 37 agentes no se pueda cumplir con los servicios y tareas de seguridad de manera adecuada, ni atender los requerimientos de la ciudadanía en Catadau, Alfarp, Llombai, Real, Montroi, Dos Aguas y Montserrat.
La Asociación Profesional de la Guardia Civil, JUCIL, alerta de la disminución de efectivos destinados en el puesto principal de Llombai como consecuencia de diversas bajas médicas. En estos momentos, afirman, hay 9 agentes de baja laboral, de una plantilla de 37 efectivos lo que supone que todos los servicios que se prestan en la zona se cubren con casi un 30% menos de los componentes, una circunstancia que claramente resta capacidad y efectividad ante cualquier situación delicada.
Afirman que ya se ha dado conocimiento de la situación, a finales de abril, mediante un escrito al coronel jefe de la Comandancia de Valencia, José Antonio Fernández de Luz solicitando la activación del protocolo de actuación, frente a un presunto caso de acoso laboral y que permita aclarar en qué condiciones se trabaja en este acuartelamiento.
Luis Miguel Martínez, responsable jurídico de JUCIL en Valencia apunta que “el protocolo cuenta con los procedimientos y recursos que permiten prevenir, detectar y erradicar las conductas que supongan un acoso psicológico en el trabajo o fuera de él y, en el caso de que ocurran tales supuestos, adoptar las medidas correctoras y de protección a las víctimas”
La asociación es rotunda cuando pide aclarar las razones por las que, en los últimos dos años, tras la incorporación de un nuevo oficial al mando del puesto de Llombai ha aumentado la presión sobre los guardias civiles.
En concreto, apuntan a que “los efectivos tienen una mayor carga de trabajo con una organización de los servicios manifiestamente mejorable”, ya que en la actualidad los agentes se tienen que responsabilizar a la vez de la atención a los ciudadanos en la oficina de denuncias, de la protección y seguridad del acuartelamiento, de supervisar los calabozos y de la atención telefónica. “Esta sobrecarga de funciones supone un estrés laboral que ha conducido a varios compañeros a causar baja médica y se hace necesario adoptar medidas en materia de prevención y de buena salud laboral”.
Cuestiones críticas para el buen funcionamiento de los acuartelamientos
Ante la gravedad de esta situación, JUCIL insta a la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Gloria Calero y al coronel jefe de la Comandancia de Valencia, José Antonio Fernández de Luz, a que analicen el caso y las condiciones en las que trabajan los compañeros en el puesto principal para corregir esta situación. Poniendo marcha, si fuera necesario, las oportunas medidas preventivas y así contar con un entorno laboral favorable para la plantilla. “Las cuestiones de salud, seguridad y prevención de riesgos laborales son críticas para el buen funcionamiento de los acuartelamientos, sobre todo porque hay que garantizar que el ambiente de trabajo es el adecuado y porque hay que tener un enfoque preventivo, que evite que se puedan generar situaciones delicadas que hagan que nuestro servicio y capacidad sea deficiente ante la ciudadanía”, ha añadido el secretario jurídico Luis Miguel Martínez.
El acuartelamiento de Llombai es el segundo puesto más importante de la Guardia Civil en la provincia de Valencia con una amplia extensión de cobertura a los ciudadanos de Catadau, Alfarp, Llombai, Real, Montroi, Dos Aguas y Montserrat. JUCIL critica desde hace tiempo como la falta de 466 guardias civiles en su plantilla ahonda los problemas de seguridad de las áreas rurales de la Comunidad Valenciana. En la provincia de Valencia, en concreto, hay 3.490 efectivos y no se han cubierto hasta el momento 229 vacantes.