Autor: Héctor Francisco Fumarola Tejada
La llegada de las nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs), han facilitado la interconexión de miles de personas en el mundo brindando grandes avances y oportunidades en el mundo académico, laboral, político, etc. Sin embargo, esta interconexión también ha traído grandes retos en la lucha contra el crimen, en el caso particular de los delitos sexuales cometidos contra personas vulnerables, especialmente en perjuicio de menores de edad, el anonimato, la facilidad de conectarse en la red con un gran número de personas; de forma indiscriminada, y la falta de controles hacen que este sea un medio ideal para que los abusadores infantiles logren a sus captar víctimas.
Que es el Grooming y cómo ha evolucionado en al Entorno Digital
La palabra Grooming es un anglicismo, proveniente del verbo to groom que quiere decir preparar algo para un fin específico, la conducta penada como grooming implica una serie de acciones realizadas por un adulto que tienden a ganarse la confianza, aprecio y amistad de un menor de edad, creando un vínculo emocional con el mismo, con la finalidad de posteriormente bajar sus inhibiciones y poder tener acceso sexual al menor.
El Grooming como figura delictiva no es un concepto nuevo, ya que desde el año 1921 con la aprobación de la Convención Internacional para la Supresión del Tráfico de Mujeres y Niños, aprobado por la extinta Liga de Naciones, se señalaba la figura del grooming, como una forma utilizada por los traficantes para poder atraer víctimas, las cuales posteriormente serían introducidas al mercado de tráfico, prostitución y pornografía infantil. Sin embargo, por muchos el grooming sólo se vio como un acto preparativo, iter criminis, para la comisión de otros delitos relacionados con el abuso infantil, penándose el grooming solamente si dentro de estos actos preparativos se cometían algún otro delito, como sería la corrupción de menores.
No fue hasta principios del siglo XXI, que en un estudio llevado a cabo por Karen Terry y Jennifer Tallon del John Jay College of Criminal Justice sobre los abusos pederastas dentro de la Iglesia Católica y su ocurrencia en otras organizaciones, se logró identificar que el grado de confianza que poseían los sacerdotes católicos con sus víctimas, era un factor esencial para lograr abusar de los menores. En este sentido definieron el Grooming como un comportamiento premeditado destinado a manipular a la víctima potencial para que cumpla con el abuso sexual.
Sin embargo, no sería hasta el año 2007 con la aprobación del el Convenio para la Protección de los Niños contra la Explotación Sexual y el Abuso Sexual, que se abordaría de forma específica al grooming como una figura delictiva.
Según Victoriano Panizo, Jefe del Grupo de Investigación Tecnológica de la Jefatura Superior de Policía de Castilla y León, el Child grooming podría definirse como aquel ciber-acoso con intención sexual que lleva a cabo un adulto a través de las diversas tecnologías de la información y la comunicación (TICS), mediante el cual busca ganarse la confianza de un menor de edad y obtener su propia satisfacción sexual mediante imágenes eróticas o pornográficas que consigue del menor, pudiendo llegar incluso a concertar un encuentro físico y abusar sexualmente de él.
¿Cómo el “Groomer” seduce a su Víctima?
El grooming es un proceso que pasa por varias etapas en las que el perpetrador irá ganándose paulatinamente la confianza de su víctima y creando un vínculo emocional con ella. En su modalidad online las etapas que se han identificado en la doctrina criminal son las siguientes:
- Fase de Amistad: En esta primera etapa el Groomer hará contacto con el menor, muchas veces mintiendo sobre su edad e identidad, tratará conocer los gustos del niño o niña y tratará de establecer una amistad con el menor.
- Fase Sentimental: El Groomer en esta fase tratará de solidificar una amistad con el menor, para lo que le preguntará cuestiones relacionadas a la vida del menor, empatizando con él o ella. En esta fase el agresor buscará desarticular la red de apoyo del menor (familiares, amistades, docentes, etc.) dejándolo desprotegido.
- Fase de Evaluación del Riesgo: El agresor buscará a asegurar su posición en la vida del menor, para esto tratará de averiguar si alguien conoce de su relación con la víctima, quién más tiene acceso al ordenador o dispositivo que utiliza el menor, donde se encuentra el ordenador en la residencia del menor, le preguntará si tiene vigilancia de personas adultas, sobre todo en el tiempo en el que se encuentra online, todo esto con el fin de conocer si dispone de intimidad con el menor. Esta información la utilizara para crearse un perfil del menor y así poder sopesar si el mismo puede llegar a ser una víctima real o no.
- Fase de Exclusividad: En esta etapa el Groomer subirá la intensidad de las conversaciones con el menor llevándolo a que haga confesiones personales sobre sus relaciones con amigos, familiares, maestros hasta obtener la absoluta confianza del niño o niña, buscará introducir paulatinamente temas sexuales dentro de estas conversaciones con el objetivo que el menor se familiarice con estos temas y finalmente procurar obtener material pornográfico del menor.
- Fase Sexual: Llegados a esta fase el menor ve al Groomer como un mentor o como un futuro amante, por lo que el Groomer introducirá cambios en las conversaciones en los que empezará a realizarle al menor demandas de carácter sexual. De no ser cumplidas estas demandas por el menor, el Groomer pasará al chantaje, amenazándolo con divulgar el material que haya obtenido del menor previamente si este no cumple con sus demandas.
El Grooming en España
Desde su tipificación en el ordenamiento jurídico español, mediante la Ley Orgánica 1/2015, se ha podido identificar y perseguir numerosos casos de esta conducta dentro del territorio español.
Tal es el caso de un joven informático, de 29 años, residente en la localidad de Burgos, quien mediante el uso de Instagram se hacía pasar por una mujer para contactar varones menores de edad a los que embaucaba para que le enviaran fotografías y videos en los que aparecían desnudo realizando actividades de contenido sexual explícito.
También podemos mencionar el caso de un hombre de 26 años, que fue detenido en Almería por los delitos de Grooming y Tenencia de Pornografía Infantil. El sujeto en cuestión contacto con 23 menores de edad, de entre 10 y 15 años, de sexo femenino, a quienes contactaba por redes sociales y una vez ganada su confianza les solicitaba realizar prácticas sexuales en línea.
El Riesgo del Grooming y la Necesidad de Denunciarlo
Cuando los menores se conectan a Internet en busca de actividades de ocio, como chatear, jugar videojuegos online o interactuar en redes sociales se pueden convertir en presa fácil para los Groomers, quienes generalmente se harán pasar por menores de edad para interactuar con sus víctimas y ganar su confianza para luego seducirlos y embaucarlos con el fin de exigirles que le proporciones imágenes de contenido sexual e incluso lograr tener acceso carnal a los menores en el mundo físico.
Es por esto que se hace necesario educar a los jóvenes para que sean conscientes de la peligrosidad de proporcionar este tipo de material y puedan identificar cuando se encuentran ante un posible depredador.
Igual importancia recae en que los padres o los propios denuncien estos hechos y tomen las medidas de seguridad necesarias para prevenirlos y saber como actuar si se es víctima de ellos, para ello recomendamos:
- Denunciar inmediatamente se tenga conocimiento de un hecho constitutivo de Grooming.
- No compartir material íntimo, sean fotografías o videos, en línea, ni siquiera con nuestras parejas o amigos.
- No ceder al chantaje. Esto sólo le dará mas poder al agresor para seguir exigiendo cada vez más de la víctima.
- No compartir nuestras contraseñas a nadie.
- Conocer con quien y que hacen nuestros hijos en línea. Medidas como utilizar controles parentales, son herramientas útiles para prevenir este tipo de delitos.
- Tener una práctica de navegación conjunta con nuestros hijos, esto ayudará a los padres a poder enseñar in situ a sus hijos de lo que se puede y no hacer en Internet y los peligros que estas prácticas conllevan, para esto es necesario tener una comunicación directa y sin tabúes de los peligros que acechan en la red.