El Grupo Investigación Medioambiental de la Policía Foral ha iniciado una investigación tras una llamada realizada el pasado 21 de marzo por un ciudadano al teléfono 112 alertando sobre tres conatos de incendio.
La superficie afectada, en torno a 20.000 metros cuadrados, estaba poblada principalmente de matorral, helechos, zarzas y pastizal.
La utilización del fuego para la mejora del pastos naturales y quema de restos silvícolas, habitualmente entre los meses de noviembre y abril, se regula por la Orden Foral 222/16 de 16 de junio y exige de autorización previa, en un horario concreto, con personal suficiente y equipado para el control del fuego, previo aviso al parque de bomberos de referencia y bajo condiciones climáticas determinadas.
El Código Penal castiga con penas de prisión de uno a cinco años y multa de doce a dieciocho meses a los que incendiaren montes o masas forestales. Dichas penas podrán verse incrementadas en el caso de existir peligro para la vida o integridad física de las personas, la considerable importancia de la superficie afectada, grandes o graves efectos erosivos en los suelos, alterar las condiciones de vida animal o vegetal, afectar a algún espacio natural protegido o afectar a zonas próximas a núcleos de población o a lugares habitados.