El trastorno de disociación de identidades o personalidades múltiples es un tema de gran trascendencia. Yo me he quedado atónita al observarlo in situ hace unos días y, por ello, decidí explorarlo y buscar las raíces.
No hay control del cuerpo y se asumen los actos y personalidad de la persona en que se convierten. Posteriormente, existe una amnesia de lo ocurrido, lo que se denomina tiempo perdido que se repite con asiduidad aunque algunos lo consideran un trastorno límite de personalidad o bordeline.
Esa línea tenue o milimétrica que separa la neurosis y ante un trauma convertirla en brote psicótico o psicosis. Al observar en esta misma persona amigos imaginarios con los que hablaba tengo claro, como muchos profesionales, que se trata de un trastorno esquizoide con delirios.
La observación y seguimiento nos da las causas con más claridad, al igual que las investigaciones policiales, sobre un tema que deben ser largas y exhaustivas en el tiempo para recabar datos y no actuar arbitrariamente.
El tratamiento debe ser con antipsicóticos y también funciona bien la hipnosis. Solía producirse en síndromes post traumáticos de quienes vivieron una guerra y explosiones. También es verdad, que muchas veces el origen es el consumo de alcohol y drogas que si se suman volvemos al mismo origen que es la creación de psicosis no originarias. Cuando el cerebro se ve muy afectado no basta sólo la deshabituación de substancias sino el tratamiento de una enfermedad ya instaurada. Y cuando hablamos de trascendencia es porque bajo una identidad se pueden cometer actos delictivos y crímenes y a ello conducen las ideas delirantes.
A veces, se acompañan de la vestimenta propia de la nueva identidad pero lejos de ser un mero disfraz es un gravísimo problema a tener en cuenta. Otras veces surgen cuando en el pasado si hubo terapia médica con antipsicóticos y que abandonaron en la actualidad con daño para ellos mismos y para la sociedad. Traumas y abusos en la infancia. Agresividad, narcisismo, delirios de grandeza y siempre tienen la razón deformando la realidad a su antojo.
Es evidente, no hay empatía. Suelen padecer megalomanía hablando de amistades con personalidades política, arte y cultura. Por tanto, hay que dar luz a este tipo de desequilibrios porque la seguridad de los demás está en juego.
Resaltar la importancia de exámenes psicológicos y psiquiátricos tan cruciales como las analíticas médicas porque nuestras Fuerzas de Seguridad a veces no llegan a tiempo de evitar una tragedia y no tienen el don de la ubicuidad pero gracias a ellos estamos en buenas manos.
Un análisis de Pilar Enjamio Furelos | Psicóloga