Columna de Ricardo Magaz en h50 Digital Policial. “CRÓNICAS DEL NUEVE PARABELLUM”.
Código emperador es un thriller llegado recientemente a las pantallas cinematográficas, del director Jorge Coira, con excelente guion de Jorge Guerricaechevarría. Protagonizado por Luis Tosar y Miguel Rellán, la cinta hinca el diente a un tema siempre complejo: las cloacas del Estado y los laberintos inconfesables del poder en la sombra. Realmente, el filme se acerca más a lo socio-político que a la acción, que también la hay cuando los tiempos la piden, pero sin arrebatos ni casquería, detalle que es de agradecer.
¿CNI, CIFAS, CITCO…?
Basada en hechos reales, Código emperador tiene una estructura cruzada de tramas. Juan, el personaje interpretado por Tosar es un agente de inteligencia indeterminado, pero de origen militar, que bien podría pertenecer al CNI, al CIFAS o incluso al CITCO, aunque más raramente. Queda en el aire ese pormenor, nada menor en importancia; al espectador le toca repartir las cartas.
Trabajos sucios
Espionaje, vigilancias, escuchas, grabaciones, vidas secretas, maquinaciones, chantajes, trabajos sucios con trasfondo de la basura política habitual en los telediarios de mediodía, repetida por la noche… La película, bien sostenida narrativamente, se aleja de los agentes secretos sobreactuados tipo 007 para centrarse verdaderamente en el alma de un thriller de intriga española. Sobra experiencia. De la real y la de ficción.
Poder y ambición
¿Qué es el poder?, preguntan los productores en la cartelería promocional, justo debajo del título de la película. ¡La información, sin duda! Es un viejo axioma y un topicazo muy gastado que no queda más remedio que corear. Quien posee información “inteligente” tiene la batuta de la orquesta. Es la mano que mece la cuna. ¿Y el uso? Ah…, eso es otra cosa. Poderoso caballero.
(*) Ricardo Magaz es profesor de Fenomenología Criminal en la UNED, ensayista y miembro de la Policía Nacional (sgda/ac)