La adaptación de la mujer al trabajo es un reto que debe afrontar de cara y sin complejos nuestra sociedad. En los últimos años, cientos de mujeres han pasado a formar parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. También del sector de la seguridad privada, jurídico, criminología, psicología, comunicación…
Son profesiones complejas. Donde el riesgo que entraña cada intervención o la dureza de los hechos que se encaran implican una mayor exigencia sobre todo en el plano psicológico.
En muchos casos, estas mujeres compaginan su labor diaria con la profesión más bonita del mundo, su familia. En más de una ocasión, un “te echo de menos” viene a dar cuenta de la realidad del entorno laboral. Desde lo que implica trabajar turnos hasta las largas jornadas laborales o el deber de disponibilidad ante cualquier caso que surja en el momento más inesperado.
En este mundo tienen a su alrededor dos familias. Aquella que las acompañan en sus momentos más íntimos, en su hogar. Esas que entregan todo el cariño con tan solo una sonrisa que lo compensa todo. Las mismas que ven la dureza del trabajo al otro lado y que con un abrazo ayudan a recobrar todo el ánimo. Personas especiales que evaden el miedo con tan solo su existencia y que con una mirada logran que las preocupaciones se vayan a otro lado.
Pero también hay que recordar a otra gran familia. A aquella que está a su lado cuando visten el uniforme, cuando afrontan una investigación o asisten a una víctima. Grandes profesionales que reconocen su esfuerzo diario, su valor, su integridad y sacrificio. Esos compañeros que apoyan sin dudar cada actuación, se corra el riesgo que se corra.
Esas familias se unen en el Día Internacional de la mujer trabajadora para reconocer su trabajo y decirles: “Te echo de menos”. Echamos de menos cuando no estáis, por eso queremos que estéis siempre ahí con nosotros. ¡Gracias por servir y proteger!
Autor: Jose Mª Puig | Director comunicación h50.es Twitter: @dircom