Los vecinos de la calle de Piquer de Barcelona han iniciado una particular cruzada para tratar de erradicar un punto de venta de droga en el barrio. Los residentes se han organizado dando paso a movilizaciones que se han iniciado este martes contra un narcopiso que supone una grave amenaza para la seguridad y salud de los ciudadanos.
Ya son tres días de protestas a modo de cacerolada enfrente del local okupado. Los ciudadanos dicen estar hartos de la situación y toman parte activa como solución del problema ante la pasividad de las autoridades y la ineficacia de la legislación española ante escenarios donde la “okupación” y el tráfico de drogas amenazan con destruir barrios enteros.
Al grito de “¡Fuera, fuera! ” y armados con cacerolas, los vecinos que encabezan una lucha sin cuartel contra los narcotraficantes han tratado de presionarlos para que abandonen el lugar.
Desde el martes que se iniciaron las movilizaciones hasta este jueves a las 21:00 varios efectivos de los Mossos d’Esquadra se desplegaron en las inmediaciones del narcopiso para evitar mayores incidentes.
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Se trata de un problema que se repite en varios puntos del panorama nacional. Varios nucleos vecinales que viven alrededor de locales o pisos “okupados” desde donde se distribuye droga muestran su desesperación y claman mayor seguridad jurídica e institucional que pueda poner solucion a este grave problema.
Las denuncias efectuadas hasta el momento parecen caer en saco roto y la vía legal pasa por atravesar un auténtico calvario burócratico que ni tan siquiera garantiza la expulsión de los narco-okupas del lugar. Precisamente por ello que optaron por salir a la calle y materializar su indignación armados con material de cocina y decididos a hacer mucho clamando justicia.