Agentes de la Policía Nacional han desarticulado en Valencia un grupo criminal dedicado a los robos con violencia, hurtos y robos con fuerza en interior de vehículos y han detenido a seis hombres con numerosos antecedentes policiales con edades comprendidas entre los 20 y los 32 años, como presuntos autores de cuatro delitos de robo con violencia o intimidación, dos delitos de robo con fuerza en interior de vehículo y un delito de hurto, cometidos en los últimos dos meses.
Las investigaciones comenzaron tras tener conocimiento los agentes de que algunos terminales móviles sustraídos en relación con varios robos con violencia y robos con fuerza en interior de vehículos cometidos por las zonas de ocio nocturno del distrito de Marítim, pudieran estar almacenadas en un domicilio próximo al lugar donde se produjeron los robos.
Tras numerosas pesquisas, los investigadores han averiguado que los moradores de la vivienda eran un grupo de personas que ejercen gran actividad durante la noche, entrando y saliendo de la vivienda constantemente, y que los mismos cuentan con antecedentes de hurto y robo con violencia.
En el registro de la vivienda se han intervenido un total de 14 terminales móviles de alta gama, cinco de los cuales habrían sido sustraídos la noche anterior y los cuales se han encontrado ocultos y envueltos en papel de plata, 2 tabletas electrónicas, un ordenador portátil, una navaja y un pasaporte sustraído.
Ante tales evidencias, los policías han arrestado a seis varones, como presuntos autores de cuatro delitos de robo con violencia o intimidación, dos delitos de robo con fuerza en interior de vehículo y un delito de hurto.
Las investigaciones llevadas a cabo han permitido esclarecer siete hechos y recuperar numerosos efectos que ya han sido entregados a sus legítimos propietarios.
Modus operandi
Los detenidos se servían de la noche de fiesta y las circunstancias que rodean a esta, como la poca luz, el estado de las víctimas, que suelen haber ingerido alcohol para emplear varias estrategias dependiendo de la capacidad de resistencia o reacción de las víctimas.
En un primer momento fingían estar ebrios y mostraban aptitudes sociales con las que intentaban agradar y conversar con las víctimas para distraerlas y sustraerles lo efectos al descuido.
Si lo anterior no funcionaba, pasaban a un segundo nivel en el que empleaban la técnica conocida como “Ronaldiño” en la que fingían caerse al suelo, agarrando con una de sus piernas la pierna de las víctimas, bloqueando su movilidad, aprovechando para sustraer efectos.
En muchos casos, al no resultar las dos estrategias anteriores, propinaban empujones, tiraban a la víctima al suelo o incluso les llegaban a practicar estrangulamientos, técnica comúnmente conocida como “mataleón”, con el consiguiente peligro para la integridad de las víctimas.
Tras la sustracción, el autor material de la misma, entregaba los efectos rápidamente a otro de sus compinches que abandonaba rápidamente el lugar, ocultando los efectos sustraídos, así en caso de que la víctima retuviera al autor, o avisara a la policía nunca se localizaría ningún efecto en su poder.