La Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) lleva tiempo denunciando dos de los graves problemas que aquejan a la Guardia Civil, el mal estado de su parque móvil y la alarmante falta de personal para cubrir con garantías el servicio que tiene encomendado.
En la compañía de embajadas de la UPROSE de Madrid los agentes destinados en esta unidad y en otras, sufren estos dos problemas a diario. Los vehículos nos pasarían una ITV, con un exceso de kilometraje, sucios y en mal estado, teniendo que pasar en ellos parte del servicio, así de tajantes se muestran desde la AEGC.
“Pero este pésimo estado, además de poner en riesgo a los guardias civiles que tienen que utilizarlos, también ofrecen una pobre imagen de nuestra institución en estas sedes diplomáticas extrajeras que cada día ven los destartalados coches en los que el estado español les da el servicio de seguridad”.
El otro problema grave que AEGC viene denunciando es el de personal, un hecho este que arrastra la Guardia Civil desde que en la anterior crisis económica en la que el gobierno del Partido Popular decidió congelar la creación de empleo público, y en el caso de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado solo se reponían las jubilaciones.
Desde esta asociación exponen que un claro ejemplo de esta falta de agentes es la compañía de embajada, que depende de la UPROSE, donde la escasez de agentes está generando que tengan que ser otras compañías, como la de ministerios, escoltas o seguridad de Príncipe de Vergara, las que tengan que detraer parte de su personal para suplir las bajas que tienen en embajadas.
Este refuerzo supone que los cuadrantes de las otras compañías se vean alterados. Por ejemplo, en la Compañía de Ministerios el servicio es de doce horas, mientras que en embajadas es de ocho, así los cuadrantes de trabajo no cuadran y la conciliación trabajo-familia es imposible. Además, la falta de personal implica que la mayor parte de los integrantes de esta compañía sean eventuales, y los agentes que van de refuerzo se encuentran que tienen que ejercer de jefe de servicio sin conocer el destino y sin tener la más mínima idea de lo que hay que hacer.
La discriminación entre cuerpos policiales también se hace patente en este servicio. La Asociación Española de Guardias Civiles ha detectado en este destino que, en aquellas embajadas que son compartidas con agentes de la Policía Nacional y mientras los policías hacen una hora de pie y una de descanso en una furgoneta, a los guardias civiles no se les permite descansar en los coches y tratan de ponerlos en más puntos de calle en vez de sólo en la entrada, como se hace con los policías.
Por ejemplo, en la Embajada de Estados Unidos no hay un número de puestos fijo, lo que hace que los puntos a cubrir dependa siempre del número de agentes que se tiene. Un servicio de ocho horas implica más de seis de pie con chaleco y arma larga y sin posibilidad de descanso.
Para AEGC, una vez más, la Guardia Civil tira de la solución fácil, “parchear, que en el diccionario de la Benemérita significa detraer personal de una unidad para llevar apoyos a otra necesitada. Es decir, restan personal de un sitio para llevarlo a otro y así tener dos unidades con problemas de personal, pero no buscan ir a ala raíz del problema”.
Por ello desde esta asociación consideran que, para evitar que siga en aumento el malestar que ahora hay en las unidades de la UPROSE afectadas, la Guardia Civil debería comenzar por poner los mismos turnos en sus compañías, para evitar que en caso de necesidad de refuerzos se vea afectada la conciliación laboral y familiar de los agentes, que se permitan turnos de descanso durante el servicio y en los lugares donde no estén habilitados sitios de descanso que dejen tener un coche para descansos, como hace la Policía Nacional.