De los 6 policías investigados por el “caso Lagasca”, que en plena pandemia irrumpieron en un piso, solo el subinspector se sentará en el banquillo. Así lo ha determinado el titular del Juzgado 28 de Madrid que lleva la causa.
Asumió que dio la orden y el juez entiende que al ser un cuerpo jerarquizado debe responder por ello. “La intervención de los 5 agentes se realizó única y exclusivamente en el cumplimiento de las órdenes del jefe operativo … con independencia de las dudas sobre la ilicitud de esa orden emitida”
Análisis
Así pues, el juez entiende que la jerarquización de la Policía Nacional no es solo orgánica sino también funcional. Dentro de este ámbito, la responsabilidad debe asumirla quien da las órdenes bajo apariencia de legalidad e independencia de su ilicitud.
Ayuda mucho que esas responsabilidades policiales que se dirimen en estas decisiones judiciales, las asuman en presencia judicial los responsables de servicio que emiten órdenes directas. Teniendo en cuenta que una desobediencia a las mismas generaría responsabilidad disciplinaria en los subordinados, deben ser esos “jefes” los máximos y únicos responsables del resultado, cuando la orden tiene apariencia de legalidad.
Es la diferencia entre un jefe que es líder y un jefe que se oculta ante las responsabilidades de liderazgo.
No entro en el debate del correcto empleo de la palabra “jefe” dentro de la Policía Nacional, dada la carencia de dos atribuciones básicas que el ámbito privado la definen…para otra entrega.
Gedeón Pérez.