Entrevista de h50 a José Rosiñol Lorenzo, fundador y expresidente de la Sociedad Civil Catalana.
Situación de Cataluña: presente y futuro
Lo cierto es que no quisiera ser alarmista, pero me gusta vivir en lo que es y no en lo que debería ser, básicamente porque lo segundo no existe. Por ello, la sensación que tengo, desde el advenimiento del gobierno Sánchez, es que se ha tejido una estrategia con la que ganar tiempo tanto por parte del Gobierno como por parte del separatismo (especialmente ERC), este “ganar tiempo” tiene dos dimensiones bien distintas y responden a dos intereses paralelos.
Por un lado, Sánchez necesita dos años de estabilidad parlamentaria (quizás menos porque apuesto a un adelanto en las elecciones Generales) con los que blanquear sus devaneos con el separatismo y el populismo de izquierda (ya estamos asistiendo a los primeros capítulos de la “operación blanqueo”). Por otro tenemos a ERC, que sigue siendo tan separatista y republicana cómo lo era antes, que necesita recomponer las filas del separatismo después de la derrota del año 2017. Los republicanos han sabido interpretar que la respuesta de la sociedad civil catalana (con las dos grandes manifestaciones convocadas por SCC en octubre del 17) frenó el golpe de Estado y que, además, sociológicamente es imposible llevarlo adelante con más de la mitad de la población en contra.
Estamos ante una especie de “drôle de guerre” porque, no lo duden, el separatismo lo volverá a hacer, necesita tiempo, han aprendido de sus errores, continúan activando “estructuras de Estado” (como el lanzamiento de nanosatélites), van a esperar el momento, lo provocarán. La gran pregunta es ¿qué está haciendo el Gobierno ante esta situación? ¿Estarán activando los resortes del Estado para evitar un nuevo golpe?. Mucho me temo que los intereses cortoplacistas y los socios populistas con un proyecto de democracia liberal, nos responde que no a las preguntas planteadas.
Situación de las fuerzas y cuerpos de seguridad en Cataluña: MOSSOS, Guardia Civil y policía.
La situación de los cuerpos de seguridad en Cataluña tiene dos vertientes:
La primera es el comportamiento de la Generalitat, que por un lado trata de politizar a los Mossos, de utilizarlos para sus fines partidistas e ideológicos (recordemos lo ocurrido el 1 de octubre de 2017) y, cuando los miembros de ese cuerpo (como casi siempre), cumplen con sus obligaciones, resultan incómodos ante el gobierno separatista que ni siquiera les ofrecen un apoyo formal. La respuesta de la Generalitat ante lo ocurrido en Urquinaona en 2019, donde nuestras fuerzas de seguridad tuvieron que hacer frente a unas auténticas guerrillas urbanas, fue como mínimo, vergonzante. Como pueden ver, un gobierno separatista, apoyados por partidos anarco-nihilistas (como la CUP), conciben a nuestra policía como un elemento extraño e impropio ante un proyecto que quiere acabar con los derechos y libertades de la ciudadanía catalana (que es lo que ocurrió el 6 y 7 de septiembre en el Parlamento catalán con las llamadas “leyes de desconexión).
La segunda vertiente es la ausencia de apoyo por parte del Ministerio del Interior ante el acoso que recibe la Policía Nacional y la Guardia Civil, tanto por parte de la Generalitat (el episodio de la vacunación es esperpéntico) o por parte de las estructuras de parapoder creadas por el separatismo en forma de entidades “civiles”.
Opinión sobre la Jefatura Superior de Policía Nacional en Vía Laietana que van a retirar. Mención a la placa que colocó Colau
El episodio más revelador y conocido de la presión por parte del Govern (y la falta de defensa del Ministerio) hacia nuestros policías y guardias civiles destinado en Cataluña es la presión para desalojar la Jefatura Superior de la Policía de la Vía Layetana. Si nos fijamos bien, el modus operandi de la Generalitat se estructura en dos vertientes: la presión política al Gobierno Sánchez y, por otro lado, utilizando métodos híbridos, con las entidades civiles que usan cualquier excusa para acosar físicamente (en las manifestaciones) a los policías de dicha Jefatura, todo ello con la connivencia de un relato que sitúa a los policías como “fuerzas de ocupación”, un relato bien amplificado por los medios de comunicación públicos y privados al servicio de la Generalitat (que son la gran mayoría de los que se editan en Cataluña).
Toda esta situación es doblemente compleja al entrar en juego la alcaldía de Barcelona, cuya visión de la realidad es más cercana a las autocracias populistas que a las democracias liberales, más su obsesión (y excusa narrativa) con el franquismo, hace que nuestras fuerzas de seguridad sufran una doble pinza populista: por un lado el separatismo y por otro el neocomunismo. De ahí la comunión de intereses en contra de la Jefatura.
Desde aquí, solo puedo agradecer la dedicación, paciencia, profesionalidad y entrega de todos los cuerpos de seguridad en Cataluña, gracias a ellos, los catalanes, pudimos mantener nuestras libertades y el orden constitucional.
¿Quién es José Rosiñol Lorenzo?
- Nacido en Ripollet (1970)
- Director de Estrategia.
- Fundador y fue Presidente de la Sociedad Civil Catalana.
- Humanista y activista político, especializado en negociación y resolución de conflictos.