La crisis que dejo el Coronavirus a nivel económico se ha traducido en la necesidad de emprender y de reinventarse. Como consecuencia de ello, las solicitudes de productos financieros se han visto en auge.
A principios de la pandemia, el Gobierno había autorizado facilidades en el pago de los productos financieros que ya estuviesen vigentes antes de la fecha en la que se decretó el estado de alarma, además de ayudas en cuanto a la paga de servicios como luz, agua y gas. Por otro lado, muchos proveedores empezaron a otorgar facilidades en cuanto a la aprobación de productos financieros como prestamos rapidos, créditos en línea, entre otros. Esto hizo que muchas personas pudiesen equilibrar sus presupuestos y su economía, especialmente luego de la crisis económica que significó para el colectivo en general el quedar desempleados o trabajar menos gracias a la poca afluencia de clientes y usuarios.
Hoy en día no se puede hablar de un “después” del Coronavirus, ya que aún deben terminarse las jornadas de vacunación y establecer medidas concretas para las nuevas cepas que se han estudiado recientemente. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha manifestado que se estima que se pueda hablar de un mundo sin Covid-19 para el año 2024. A pesar de ello, sí se puede hablar acerca de un antes y un después en cuanto a la solicitud de préstamos y créditos con respecto a la pandemia.
Con la alta demanda de productos financieros, han sido muchos los que han logrado emprender su propio negocio al utilizar el dinero de, por ejemplo, un préstamo rápido para financiar la inicial de los materiales necesarios para empezar a vender algún producto final; o para generar el capital de la empresa que se esté formando. De este modo, muchas personas lograron reinventarse y conseguir nuevas formas de ingreso durante y después del decreto del estado de alarma. Luego, al tener una fuente de ingresos constante, se ha visto que se pueden pagar las cuotas del préstamo en línea tranquilamente.
Muchas de las personas que solicitaron los productos financieros durante el auge de la pandemia, puede que al día de hoy se hayan beneficiado un poco, ya que la mayoría de los proveedores disminuyeron sus intereses y ofrecieron facilidades en el pago como forma de ayudar a sus clientes y para que la cantidad de solicitudes de préstamos y créditos incrementara ya que, para los proveedores y entidades, esto también resultaba conveniente. Sin embargo, se recomendaba fuertemente que las personas establecieran un presupuesto y plan de pago para que la solicitud del producto financiero no significara terminar con registros de morosidad.