No quería casarse con su primo, ese fue “su delito”. La familia acabó con su vida por “desobedecer las órdenes” por tratar de ser libre.
La muerte de Saman Abbas con apenas 18 años de edad, ha causado conmoción en Italia. La joven desapareció el 30 de abril en Novellara, municipio de 13.300 habitantes en la región de Emilia-Romaña, en la Italia nororiental.
La investigación comenzó, se revisaron vuelos a Pakistán, redes sociales, entorno…
Hasta que a finales de mayo apareció un vídeo grabado por una cámara de seguridad a finales de abril, que mostraba a dos primos y un tío de la joven dirigiéndose a la parte trasera de la casa llevando unas palas y una palanca.
La investigación se centró en cinco sospechosos de asesinato y ocultamiento del cuerpo: sus padres, dos primos y su tío.
Prácticamente toda la familia planificó, ocultaron o ayudaron en la ejecución de tan atroz asesinato.
El ejecutor material fue Danish Hasnain, un islamista fundamentalista de 33 años que estranguló hasta acabar con la vida de Saman.
Murió asesinada por querer ser libre, no aceptó el matrimonio arreglado con un primo pakistaní. Hoy se conoce que mantenía una relación sentimental con un joven de su edad que residía en Italia.