La policía no hace nada

¿Cuántas veces habremos escuchado que alguien ha tenido un problema, que ha llamado a la Policía Nacional, Guardia Civil o Policía Local y que no han hecho nada?

Existe por parte de un sector de la sociedad que piensa que la policía no actúa cuando debe actuar.

Basta poner unos ejemplos para entender a lo que me refiero.

Algo que está en boca de todos y es algo con lo que convivimos a diario, son las llamadas “ocupaciones de viviendas”.

Todos conocemos a alguien, sino somos nosotros mismos, que afecta de primera mano este tipo delictivo. No es necesario que hayan ocupado nuestra vivienda, basta con tener unos ocupas en nuestro edificio para entender la situación.

Con frecuencia, (no siempre) este tipo de actividad, suele llevar aparejadas otras actividades ilegales, como puede ser venta de drogas, prostitución, robos, peleas, etc.

Además de incivismo, falta de respeto por la propiedad y por la autoridad, suciedad, ruidos, daños, …

Llegados a este punto, si no lo ha hecho antes el propietario, es cuando se llama al 091, 062 o al 112 para denunciar lo que está ocurriendo.

Entonces vendrá una patrulla que llamará a la puerta de los referidos ocupas y pueden pasar dos cosas. Que abran la puerta o no.

Si abren se les podrá identificar o no y si no abren pues lógicamente no.

Esa misma patrulla puede entrevistarse con los vecinos para recabar datos y después se marcharán del lugar, dejando la sensación de que no han hecho nada por remediar el problema de los vecinos, pues el problema sigue.

Esa patrulla dará cuenta de su intervención, ya sea con los datos al Juzgado, o al grupo de investigación correspondiente.

Es el Juzgado mediante denuncia del propietario, el que debe ordenar el desalojo de la vivienda. Es el Juzgado el que pondrá fin al problema o no.

Como éste hay otros muchos ejemplos en los que la sensación del ciudadano es que no se hace nada por parte de la policía, como, por ejemplo, cuando día tras día, las mismas personas están hurtando a los viandantes y tras ser “pillados” por la policía, vuelvan a estar en la calle a las pocas horas. Uno de los más conocidos es el famoso clan de las bosnias del metro de Madrid, las cuales llegaron a juntar más de 330 antecedentes.

Un Juzgado de Instrucción de Madrid les impuso una orden de alejamiento de Metro de Madrid, reduciéndose los hurtos en un 40 %. Si bien posteriormente la Audiencia Provincial de Madrid revocó esa orden de alejamiento, permitiendo que pudieran acceder libremente de nuevo.

Otro ejemplo son los botellones todos los fines de semana, incumpliendo las medidas sanitarias que finalizan con enfrentamientos con la policía.

Pero también existen otros delitos que no vemos día a día en la calle y de los cuales también hay una sensación de impunidad, como pueden ser los delitos de blanqueo, prevaricación, fraude, cohecho o malversación. En general todo lo que podemos llamar corrupción.

La investigación de este tipo de delitos lleva mucho tiempo y medios, debiendo ser autorizadas las escuchas y registros por los Juzgados.

Y después de muchos años de trabajo puede ocurrir como con el caso Brugal. Que un juzgado autorice unas escuchas telefónicas y otro juzgado superior las anula como pruebas por falta de motivación.

Lo que queda claro de todos y cada uno de los ejemplos de los que hemos hablado, es que la policía actuó conforme a la legislación vigente.

Que es la Autoridad judicial quien determina que ocurre en la mayoría de los casos mencionados, estando en muchos casos atados de pies y manos por las leyes que rigen nuestra sociedad.

Que son los políticos, el poder legislativo, los que legislan las leyes por las que se rigen los juzgados y que cumplen y hacen cumplir los diferentes cuerpos policiales.

Por tanto, cuando veamos que la policía “no hace nada” habría que mirar hacia arriba para ver donde se encuentra el verdadero problema.