Así nos lo explica la Dirección General de Protección Civil y Emergencias, un incendio forestal es aquel fuego que se extiende sin control por terreno forestal que no estaba destinado a arder. Al evidente daño forestal y medioambiental que causa, hay que añadir las consecuencias sobre la población civil y sus bienes que hacen de los incendios forestales un tema a abordar por los servicios de protección civil y emergencias.
De acuerdo a las estadísticas de incendios forestales en España, producen de media unos 17.000 incendios forestales (la mayoría de ellos menores a 1ha.) afectando a unas 114.000ha de superficie forestal. De ellos, según los registros de la Dirección General de Protección Civil y Emergencias: una media anual de 80 incendios forestales tienen consecuencias sobre la población, principalmente debido a las evacuaciones preventivas, pero también hay que lamentar fallecidos, heridos, cortes de vías de comunicación y servicios, infraestructuras dañadas.
Así, debido a la incidencia y consecuencias de los incendios forestales en nuestro país, son muchos los organismos del Estado involucrados en su prevención y lucha. Éstos complementan la acción que corresponde a las Comunidades Autónomas en virtud de sus competencias en protección civil y gestión forestal, aportando medios de extinción de titularidad estatal, y facilitando la incorporación de medios de otras Administraciones, así como la ayuda internacional, cuando ésta resulte necesaria y en la que España es un referente.
En este contexto, y en el marco del Plan Estatal de emergencia por Incendios Forestales, la Dirección General de Protección Civil y Emergencias, como cada año, hace un esfuerzo por coordinar a los distintos organismos estatales a través de su Comité Estatal de Coordinación (CECO) de Incendios Forestales, ejerciendo igualmente el papel de punto focal con la Comisión Europea y los países limítrofes en materia de emergencias, y principalmente realizando un seguimiento de los incendios forestales desde el Centro Nacional de Emergencias (CENEM).
Autoprotección: Incendio en la cercanías de una casa de campo
- No arrojes agua en zonas en las que pueda haber cables eléctricos.
- Usa la mangueras para mojar el tejado y los alrededores.
- Entra en el interior de la casa y cierra todas las puertas, ventanas y persianas para evitar posibles corrientes de aire y la entrada de las llamas.
- (*)En caso de recibir orden de evacuación, atiende a los dispuesto por la autoridad correspondiente
- Desconecta todos los suministros.
- Tapona las rendijas al exterior con paños mojados con agua
(*)A no ser que exista una orden de evacuación por parte de las autoridades, es recomendable no abandonar la casa.
Autoprotección: En las proximidades de un incendio
- Si el fuego es muy pequeño e incipiente, trata de apagarlo, priorizando siempre tu seguridad.
- Si el fuego tiene más entidad, aléjate en dirección opuesta al humo. Respira por la nariz procurando cubrirla con un trapo mojado.
- No busques refugio en zonas profundas y huye siempre cuesta abajo
- No intentes cruzar las llamas, puedes quedar atrapado. Si no hay más salida, cruza donde el frente sea más débil.
- Si el fuego te alcanza, sitúate en la zona ya quemada siempre a espaldas del viento dominante
- Si se prende la ropa, no corrás: échate a rodar sobre el suelo y, si tienes una manta cúbrete con ella.
Prevención : Incendios en la cercanía de una casa de campo.
- No quemes hojas u otros restos en días de mucho calor o viento.
- No quemes hojas u otros restos sin autorización.
- Es conveniente contar con Plan de actuación en caso de Incendios Forestales.
- Mantén limpios los caminos de acceso a las viviendas de hierba o maleza.
- Ten conocimiento de las posibles vías de evacuación existentes.
- Mantén limpios los tejados de materiales combustibles (hojas, ramas, etc)
Prevención : En el monte
- No enciendas fuego con cualquier finalidad.
- Apaga bien las cerillas y cigarrillos (y nunca los tires por las ventanillas del coche).
- No abandones en el campo botellas, objetos de cristal o basuras que puedan provocar o favorecer un incendio.
- La quemas de rastrojos o restos vegetales, sólo con autorización y en condiciones de seguridad.