Llega de nuevo el verano y el calor y como ocurre todos los años las imprudencias que pueden costar la vida a algún ser querido
¿Cuántas veces no hemos cogido el coche y al abrir la puerta nos ha dado un golpe de calor por estar aparcado al sol? ¿O hemos quitado las manos del volante rápidamente al tocarlo porque quema?
Varios estudios han demostrado que, en un día con temperaturas de 35º centígrados, el interior de un vehículo cerrado y estacionado al sol puede llegara a alcanzar en una hora unos 47º C, dependiendo del vehículo.
Los mandos del vehículo son los que más se calientan, llegando hasta los 53º C y los asientos pueden llegar a alcanzar los 51º C.
Estas temperaturas alcanzadas en los vehículos pueden ser mortales si dejamos a nuestros hijos o mascotas en su interior durante un tiempo prolongado.
Todos los años escuchamos noticias de que se ha dejado en el interior de un vehículo a algún niño o algún animal, poniendo en peligro su vida o con un fatídico resultado.
En algunas ocasiones el llanto del niño o de los perros alertan a las personas que pasan cerca de los vehículos, pudiendo actuar a tiempo, llamando a los servicios de emergencia.
¿Cómo saber si peligra la vida del niño o del animal?
Los síntomas que presentan cuando está en riesgo su vida son: respiración rápida, aumento de la frecuencia cardíaca, fiebre, piel muy caliente (con o sin sudor, normalmente estará muy sudado), sed intensa, vómitos, decaimiento y disminución del nivel de conciencia (incluso con convulsiones).
Algunos de estos síntomas pueden apreciarse desde el exterior del vehículo y es entonces cuando debemos actuar rápidamente.
Lo primero es llamar a los servicios de emergencias.
En segundo lugar, intentar abrir el vehículo para que entre aire al habitáculo y que deje de ser una trampa mortal. Si tenemos que romper una ventanilla, lo haremos siempre en la más alejada del ocupante, para evitar que le caigan cristales encima.
En tercer lugar, tendríamos que sacarle del vehículo y ponerlo en una zona con sombra. Se intentará rebajar la temperatura corporal con paños o toallitas mojadas con agua tibia (nunca fría) en la cabeza y resto del cuerpo, cambiándolas cada poco tiempo.
Si el niño estuviera inconsciente se debería realizar reanimación cardiopulmonar pediátrica.
Por último y hasta la llegada de los servicios de emergencias, deberemos elevar la cabeza del niño o del animal y ofrecerles líquidos para beber.
Según un estudio de los investigadores de la Universidad Estatal de Arizona y de la Universidad de California en San Diego (EE.UU.), el dejar a un niño en un vehículo, aunque sea a la sombra, puede ser mortal.
Para demostrarlo, se utilizó un modelo con un niño de dos años, alcanzando la temperatura mortal en una hora en un coche aparcado al sol. El tiempo se incrementó a dos horas en un vehículo estacionado a la sombra.
Todos los años tenemos que lamentar situaciones de este tipo, y algunas de ellas acaban en desgracia, como en agosto del 2018, cuando murió una bebé de 10 meses por un fuerte golpe de calor en Manacor (Mallorca), después de que su abuelo la dejara olvidada en el coche unas ocho horas.