El futuro de la Policía ya está aquí: los métodos de la policía predictiva

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Beatriz Rodríguez Aparicio.* Letrada. Ex – magistrada

Beatriz Rodríguez Aparicio

¿Cuándo hablamos de los métodos predictivos a qué nos referimos? Denominamos policía predictiva a aquella que implementa una serie de técnicas basada en algoritmos y datos matemáticos para ayudar a predecir la actividad criminal.

El objetivo no es otro que poder predecir los lugares donde se desarrolla la mayor actividad criminal, así como averiguar los patrones de comportamiento más habituales e incluso identificar potenciales criminales. Su función se basa en analizar datos de forma masiva, en “parar el delito antes de que se produzca” y para ello se deben utilizar las herramientas de las que se dispone de la manera más efectiva.

¿Qué métodos se pueden utilizar? Nos encontramos con cuatro categorías generales. La primera abarca a los métodos para pronosticar los delitos, averiguar donde hay una alta probabilidad de que ocurran. La segunda incluye los métodos para predecir quienes pueden ser infractores, atendiendo al modus operandi, patrones delictuales comunes que pueden favorecer la identificación. En tercer lugar, se trata del conjunto de métodos para averiguar la identidad de los infractores y, por último, de los métodos para pronosticar quienes pueden identificarse como víctimas del ilícito.

Los algoritmos utilizados, combinan datos de delitos pasados, donde ocurrieron y cómo, para recopilar la información necesaria que ayudará a prevenir en el futuro delitos, y orienta a los departamentos de policía en el desarrollo de la mejor estrategia posible. De esta manera, se aprovechan los recursos al máximo.

Estados Unidos fue pionero en el desarrollo de la policía predictiva. En Europa, el primer programa predictivo, Anacrim, fue implantado en Francia en 1994, un software creado por analistas especializados en investigación criminal capaz de recopilar toda la información necesaria para la lucha contra el crimen. Fue revolucionario y tuvo su primer hito con la resolución del caso de Grégory Villemin, deteniendo a los responsables de la muerte del pequeño.

Hoy en día, 9 de los 27 estados miembros de la Unión Europea han adquirido al menos una técnica de análisis predictivo, pudiendo hablarse de la existencia de una veintena de programas (por orden cronológico, según han ido implementando los programas: Francia, Suecia, Italia, Bélgica, Países Bajos, Alemania, España, Dinamarca y Austria).

Francia, basándose en el programa Anacrim, desarrolló el i2 Analyst Notebook (i2AN), una versión más avanzada, con la función de cubrir las necesidades estatales y mejorar las técnicas de investigación. Se representa en forma de gráficos toda la investigación recopilada. Recopila información tanto de datos policiales, como gubernamentales, alcanzando una base de datos masiva para no descartar ningún tipo de información necesaria y permite establecer conexiones entre investigados.

En Alemania el programa utilizado es Precobs, el software permite predecir dónde, cómo y cuándo se puede producir un delito de manera precisa y con un alta probabilidad de identificar los objetivos.

Crime Anticipation System (CAS) es el programa utilizado por los Países Bajos. Recopila información de tres fuentes; la Base de Datos Criminal Central, la Central de Estadísticas holandesa, datos socioeconómicos y demográficos y Administración Municipal y permite prevenir algunos delitos comunes (robo).

En el caso de Italia, el primer software predictivo implementado fue KeyCrime permite el análisis masivo de datos estructurados, semi-estructurados y no estructurados mediante dos fases, una primera fase inductiva, que se centra en un crimen específico para detectar rasgos comunes de otros delitos anteriormente realizados y una ulterior fase deductiva, que predice cómo se puede producir en el futuro. Se centra en tres áreas identificables del delito: la prevención, la persecución y la parte legal-procesal.

España ha sido el séptimo estado de la Unión Europea en implementar algoritmos matemáticos y programas predictivos en el trabajo policial. El primer programa español fue el EuroCop Pred-Crime en 2011, basado en recopilar datos socioeconómicos y geográficos, informes policiales y judiciales, para desarrollar mapas que identificasen las ubicaciones con más probabilidad criminal.

Desde 2017 se desarrolló un estudio piloto Predictive Police Patroling (P3-DSS) por el Cuerpo Nacional de Policía, en el Distrito Central de Madrid, que consiste en asignar las zonas de patrullaje en función del riesgo, para aprovechar el tiempo. Por último se ha desarrollado el Sistema de Análisis y Explotación Estadístico (SAEX), por la Guardia Civil.

La joya de la corona es el programa denominado VIOGEN, centrado en el ámbito de la violencia de género. Fue desarrollado desde la Secretaria de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior. Este programa permite saber la probabilidad que tiene cada denunciado de reincidir, es decir, el riesgo que tiene cada denunciante de sufrir una nueva agresión de su denunciado. Se lleva a cabo a través de una herramienta llamada Valoración Policial del Riesgo, e indica el nivel de riesgo. Se recopilaron investigaciones pasadas (atestados, informes periciales…), entrevistas a las personas más cercanas a las víctimas y al autor del hecho delictivo.

No podemos olvidar el programa Veripol creado por el inspector de la Policía Nacional Sr. Camacho, becario Fullbright en la Universidad de California (UCLA) para combatir las denuncias falsas que obstaculizan el trabajo y malgastan recursos policiales. Este software fue considerado una herramienta muy útil y con un 90% de efectividad. Se basa principalmente en algoritmos que buscaban patrones que suelen llevar a cabo los denunciantes.

Ante los recursos que la inteligencia artificial nos ofrece, cabe cuestionarnos en qué grado los algoritmos reflejarán los sesgos con los que se hayan diseñado y cómo seremos capaces de equilibrar el uso de estos programas con el derecho a la debida protección de datos personales.

Uno de los mayores problemas que se plantean con el uso de las técnicas predictivas es que, aunque sea un proceso matemático, quienes configuran el sistema e introducen los datos son personas y ya se han detectado sesgos raciales, étnicos y de edad en el uso de estos algoritmos. Para ser rigurosos, habrá que poner límites y controles a los prejuicios.

Igualmente no podemos ignorar el cuidado que debe exigirse en el tratamiento informatizado de datos personales de acuerdo a las normativas nacional y europea de protección de datos.

En todo caso lo que no se puede negar es que estos métodos permiten implementar estrategias efectivas y aprovechar los recursos policiales influyendo en la reducción del crimen. Ahora nos toca ser exigentes y vigilantes para que su desarrollo sea eficaz y respete nuestros derechos constitucionales como ciudadanos.

Beatriz Rodríguez Aparicio

Beatriz Rodríguez Aparicio tarjeta

Letrada

Ex – magistrada

Colaboradora de Cadena Ser y otros medios de comunicación

Asesora de varias asociaciones sin ánimo de lucro relacionadas con la mujer.

 

 

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