El primer fin de semana completo una vez acabado el estado de alarma, ha dejado un panorama desolador y pocos ánimos para la esperanza de controlar la pandemia por sensatez en España.
En Barcelona se han llegado a desalojar 9000 personas de diversos espacios públicos. Especial incidencia en la Playa de Sant Miquel donde fueron desalojadas 2000 personas que realizaban un macrobotellon.
Pamplona no se quedó atrás, 150 personas fueron sancionadas por realizar una macrofiesta en una fábrica abandonada, 4 policías resultaron heridos, los jóvenes les lanzaron piedras.
En Valencia fueron sancionadas 2000 personas, en León un joven resultó muerto por una puñalada en el pecho cuando estaba en un botellón, Murcia, Salamanca… las historia se repite.
Esta vez Madrid no es noticia por la celebración de fiestas, el despliegue policial de unos 2000 hombres para controlar la fiesta de San Isidro tuvo mucho que ver.
Se han detectado dos notas características:
- Escapadas desde Madrid al pueblo, plaza… las salidas de Madrid aumentaron un 50% con respecto al finde anterior.
- Botellones en plazas, plazas y lugares habituales.
El perfil del infractor es un joven (algunos menores de edad), que sale sin miedo a la pandemia y que se convoca a través de redes sociales o por grupo de amigos.
Las sanciones van desde el botellón hasta el no uso de la mascarilla o distancia de seguridad pasando por los horarios de apertura en locales.