Pilaru Ramos entrevista Rubén Gallego, coordinador Marea Negra por la Seguridad Privada, realizando un profundo análisis de las reivindicaciones más recientes que rodean al sector así como las problemáticas a las que hacen enfrentan estos profesionales de la seguridad.
Las agresiones a vigilantes de seguridad, cuyas estadísticas llegan a multiplicarse por cinco respecto a las del año anterior, ha sido el tema de apertura para esta entrevista en la que Rubén ha mostrado su profunda indignación ante lo que considera la raíz de este problema, la profunda desprotección jurídica a la que están expuestos.
En los últimos meses, la asociación a la que representa ha expuesto los 7 puntos claves de su programa en una ronda de contactos con partidos políticos para llevar al Congreso consultas y modificación de algunos puntos de la reciente Ley 5/2014, de 4 de abril, de Seguridad Privada.
Rubén ha denunciado también la intrusión de las denominadas “empresas piratas” en el sector y de la falta de transparencia a la hora de licitar contrataciones públicas. Este punto deriva en lo que considera una explotación laborar al proliferar turnos en los que un vigilante pasa de 12 a 24 horas de servicio cobrando un salario de entre 5 a 7 euros la hora. Se trata de una problemática que lleva a desplazar del mercado a empresas que cumplen con la normativa y con los trabajadores a favor de otras con intereses espurios.
También se a abordado el debate sobre dotar de armas no letales a los vigilantes de seguridad privada como la táser o sprays de pimienta. Herramientas que llegarían como complemento a la defensa y que se podrían implementar para reforzar servicios con mayor índice de agresiones.
Los servicios individuales o en binomio es otra de las cuestiones que requieren una profunda revisión en fase de operatividad, eficacia y propia protección de los vigilantes para desarrollar sus funciones con garantías.
Respecto al plan de vacunación Covid-19, “ni está ni se le espera”. Así de tajante se ha mostrado Rubén haciendo referencia al nulo agradecimiento institucional a los profesionales de la seguridad privada durante su labor en los momentos más duros de la pandemia. Esta exclusión afecta a un total de 90.000 vigilantes que sufren un riesgo potencial frente a contagios durante el ejercicio de sus funciones.
La apertura de las piscinas municipales también suscita gran indignación por las continuas agresiones, insultos hacia los profesionales. “Auténticas barbaridades por parte de delincuentes, porque es lo que son realmente a la hora de acceder sin entrada o bien por la noche con alevosía y nocturnidad para hacerse el machito”, ha sentenciado Rubén. Intervenciones que derivan en enfrentamientos desproporcionados en los que un solo trabajador tienen que hacer frente a grupos organizados de violentos. Precisamente, tratando de resolver estas agresiones, Marea Negra ha lanzado el proyecto “Veranos seguro” donde fijan una serie de recomendaciones que incluye la coordinación con las autoridades para minimizar el riesgo que sufren los vigilantes en estos servicios.