Las amenazas a políticos en las últimas semanas ha sorprendido a todos, ya no solo por el insólito modus operandi que implica el caso de los “sobres con munición” sino también porque se han desarrollado en plena confrontación entre partidos durante la campaña electoral de Madrid pasando a formar parte de diferentes estrategias de comunicación.
Hasta el momento, poco se había hablado de agresiones o amenazas a políticos por hechos similares aunque con un breve análisis a la hemeroteca recordaremos casos similares, también en plena campaña, donde la violencia no es la primera vez que se convierte en el centro del debate político aunque con una reacción bastante diferente a la actual.
El punto de inflexión que ha marcado los hechos del presente frente a sus predecesores es el momento en el que hemos visto el contenido de una de estas cartas supuestamente dirigida al Sr Pablo Iglesias, difundida por él mismo a través de redes sociales. Lo más llamativo de este caso es lo perfectamente que se han expuesto las pruebas de un presunto delito al margen de la investigación policial y como estas agresiones pasan a formar parte de un gran circo mediático que obvia el trabajo que han de realizar los integrantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad pudiendo influir en la consecuente decisión judicial respecto a los autores de los hechos.
1. La agresión a Rajoy en Pontevedra y el alunizaje en la sede de Génova
La tarde del 16 de diciembre de 2015, a escasos metros de la iglesia de la Peregrina de Pontevedra, un menor de 17 años se acercaba a Mariano Rajoy propinándole de forma sorpresiva un puñetazo en el lado izquierdo del rostro y quitándole las gafas. El agresor era inmediatamente detenido por el equipo de seguridad y el, por aquel entonces líder del PP, quitaba hierro al asunto declarando en Twitter: “Me encuentro bien, voy de camino a dar un mitin en A Coruña. Sigamos construyendo una #EspañaEnSerio“. Sus compañeros de partido y de los miembros de la oposición reaccionaban apelando a la moderación y rechazando los expremismos.
Un año antes de estos hechos, agentes de varias brigadas de la Policía Nacional se desplazaban a la sede del PP en la calle Génova de Madrid donde un hombre de 37 años empotraba un vehículo transportando dos bombonas de butano y varios sacos de abono industrial. El autor de los hechos era detenido y la reacción de las autoridades fue un llamamiento a la calma y defensa de la investigación, adelantando que los hechos no tenían vinculación terrorista.
2. Amenazas de muerte a Albert Rivera
El 19 de septiembre de 2007, el que era presidente de C´s Albert Rivera encontró a las puertas de su domicilio de Barcelona un paquete con una imagen suya donde se simulaba un tiro en la frente junto con un riego de sangre. Junto a la fotografía se localizaba una carta firmada por ‘Els Segadors’ que decía: “En caso de que tras los avisos no hayan cesado su política incoherente en un margen de dos meses serán expulsados por la fuerza o serán enterrados por siempre jamás en ella”.
El partido informaba a través de un comunicado la detención de dos militantes de las JERC que pasaron a disposición judicial. Por su parte, ERC rechazó rotundamente este tipo de actuaciones informando que abrirían expediente de expulsión a los detenidos.
3. Soga con cartuchos y hasta una hoz ensangrentada enviados a la diputada Ana Vázquez
Ana Belén Vázquez Blanco, diputada y portavoz de interior del GPP, recibió hace años en su casa una bolsa de deporte con una soga, unos cartuchos y una hoz ensangrentada. Fue alertada por su hermana que halló una bolsa grande de deporte en la puerta del domicilio contiendo dichos efectos y su reacción fue regresar inmediatamente de Madrid a Bande (Ourense) y comunicar los hechos a la Guardia Civil para iniciar la investigación pertinente.
La denuncia nunca hizo pública y fue publicada por primera vez en h50 el pasado 27 de abril. Ana Belén jamás hizo un uso partidista de los hechos y reaccionó en su momento pidiendo máxima discreción para no alarmar a los integrantes de su núcleo familiar ni a otros políticos que pudiesen sentirse intimidados.
4. El “huevazo” a Miquel Iceta
En noviembre de 2010, un huevo impactaba contra el portavoz del PSC, Miquel Iceta, mientras éste comparecía ante los medios de comunicación en la sede del partido para valorar el sondeo a pie de urna de TV3. El agresor, un hombre de mediana edad y con aparentes síntomas de embriaguez, reivindicaba la autoría al grito de “rojo de mierda”, “Viva España” y “me habéis quitado el trabajo”.
El agresor fue interceptado rápidamente por el equipo de seguridad del PSC y puesto a disposición de los Mossos d’Esquadra. Iceta, sin apenas inmutarse, se limpió la frente y prosiguió analizando los resultados de las votaciones felicitando incluso a sus adversarios políticos.
5. Los tartazos a Yolanda Barcina
El 27 de octubre de 2011, la ex presidenta de Navarra Yolanda Barcina, recibía dos tartazos en la cabeza cuando participaba en el 29º Consejo Plenario de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos (CTP) en Toulouse (Francia). La agredida abandonó el salón para cambiarse de ropa y regresó a los 10 minutos haciendo referencia a “un comienzo dulce” a modo irónico minimizando el impacto mediático de los hechos.
Tres años más tarde, el Tribunal Supremo confirmaba la condena de dos años de cárcel impuesta al exteniente de alcalde del Ayuntamiento de Arruazu (Navarra) Gorka Ovejero y a los activistas de la asociación Mugitu! Julio Martín Villanueva e Ibon García Garrido por estos hechos. La agredida confirmaba a los medios: “Se ha hecho justicia, no vale todo“.
6. El escrache a Rosa Díaz en la Universidad Politécnica de Madrid
En octubre de 2010, un grupo de radicales se organizó para sabotear un acto público de la antigua líder y fundadora de UPyD, Rosa Díez, en la Universidad Complutense. Los exaltados la recibían con lemas como: “Rosa Díez, víctima profesional y asesina legal. Acto seguido, la abuchearon, silbaron, hicieron saltar las alarmas de incendio y hasta se recibieron llamadas de amenaza de bomba que alguien hizo por teléfono.
Por aquel entonces, Pablo Iglesias era profesor de la facultad de Ciencias Políticas y Sociología de dicha universidad e incluso se mostró presente entre los protestantes junto al también cofundador de Podemos Íñigo Errejón.
Esta no fue la primera vez que Rosa Díez fue abucheada en la misma facultad ya que el 19 de febrero de 2008, un grupo de estudiantes intentaba boicotear una ponencia de la diputada, poco antes de la celebración de las últimas elecciones generales de aquel año. En aquella ocasión, la muestras de agresividad de los sublevados provocaron que se tuviese que anular la convocatoria.
7. Insultos y agresión a José Bono en una marcha de víctimas del terrorismo
En 2005, José Bono fue agredido durante una manifestación convocada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT). El por aquel entonces ministro de Defensa, era insultado al grito de “asesino, pelota, demagogo, apóstata y mentiroso”. También le propinaron empujones y puñetazos hasta que sus equipo de seguridad logró evacuarlo. Incluso varios manifestantes llegaron a enzarzarse entre ellos por el incidente. Rosa Díez, también presente, abandonó con el ministro la concentración entre lágrimas lamentando lo sucedido. La causa fue archivada.
8. Quema de fotos del Rey y banderas de España
Aunque la Corona no forme parte de la política no queda exenta de ser blanco y diana de la estrategia política que rodea el radicalismo más exacerbado así como la bandera de España como símbolo que representa a nuestra sociedad.
Tanto imágenes del rey emérito como la bandera nacional con el escudo constitucional han sido protagonistas de “performance” de la kale borroka y alzados en escenarios improvisados durante años donde eran destruidos entre llamadas entre los vítores de los asistentes. Esa misma estrategia de incitar al odio y a la violencia ha sido heredada por el radicalismo catalán que trató de captar adeptos para su campaña con mechero en mano.
Ni el Rey ni su familiares se han pronunciado sobre estos hechos remitiéndose a hacer llamamiento a la calma, concordia y a la unidad de nuestro país.
Ante este tipo de amenazas y agresiones, los expertos recomiendan no tratar de sacar rédito político, denunciar los hechos y respectar al máximo el trabajo de los agentes responsables de la investigación y la autoridad judicial competente.
La seriedad, la serenidad y una condena rotunda de los hechos haciendo un llamamiento a la normalidad suele ser la mejor opción para no retroalimentar efecto llamada.
Autor: Jose María Puig Vidal | Miembro FFCCS, graduado en comunicación