Columna de Ricardo Magaz en h50 Digital Policial. “CRÓNICAS DEL NUEVE PARABELLUM”.
El caso pasaría por un guion de cine si no fuera, además de esperpéntico, verdadero. A menudo la realidad es una novela de género negro.
Derrama
Los vecinos del bloque de viviendas en Carabanchel convocaron junta extraordinaria en el portal. El hombre con canas que hacía de presidente del edificio propuso sin rodeos el tema objeto de la reunión. Todos de acuerdo. Aprobada derrama de cien euros por vivienda. Total, mil eurillos de recaudación extra. No hizo falta levantar acta. Dicho y hecho. El presi voluntarioso no tardó en entrar en internet y poner en el buscador las doce palabras mágicas que quedaron cinceladas en el mármol romano de Google: “Contratar sicario económico para liquidar a un okupa perroflauta de un piso”.
Matar a jornal
Al poco, tenía media docena de ofertas en la bandeja de entrada del correo electrónico para “picarle el billete” al intruso quinqui. Una de ellas, la más razonable, le ofrecía precio especial “de profesional experimentado” si el asunto quedaba simplemente en mandar al okupa a urgencias del hospital con las rodillas mirando para Cuenca. Al presidente, persona de costumbres sobrias, le pareció sensato y aceptó la oferta. A la comunidad les salía más a cuenta y de este modo quedaría remanente para la revisión anual del ascensor.
Al capone
Cuando el agente encubierto online de la Brigada Central de Investigación Tecnológica pasó el aviso a los de la comisaría del Distrito, tuvo dudas al advertir a sus colegas: “Capone o Berlanga, vosotros veréis”, les dijo aguantando la risa floja, esa especie de píldora policial sin efectos secundarios.