Una joven de tan solo 18 años ha sido violada, vejada y torturada durante dos meses de secuestro en Calais, una ciudad situada al norte de Francia. Sus captores, dos hombres y una mujer, fueron detenidos tras pedir un rescate por su liberación, según informa AFP.
Los hechos, propios de cualquier película de terror de Hollywood, se produjeron el pasado mes de octubre. La chica, tras discutir con su padre, abandonó el hogar familiar, situado en Dunkerque, para trasladarse hasta Calais, a 30 kilómetros de distancia. Allí les esperarían unos conocidos que le ofrecerían cobijo.
Se trataba de dos hermanos de 22 y 19 años, y la pareja de éste último, de 37 años. Al poco tiempo comenzaron las agresiones sexuales, las torturas y las vejaciones contra la indefensa chica. Llegaron incluso a obligarla a comer heces de gato, beber orina y comer colillas de cigarrillos. Un acto de crueldad difícilmente superable por las mentes más perversas.
Llegaron incluso a obligarla a comer heces de gato, beber orina y comer colillas de cigarrillos.
Afortunadamente la joven pudo escapar a través de una ventana y pedir auxilio, propiciando la detención de sus captores. Días antes habían solicitado un rescate al padre de la víctima por su liberación. La víctima, que permanece hospitalizada, muestra signos de quemaduras en todo el cuerpo, hematomas y traumas psicológicos muy importantes.
Los tres autores han pasado a disposición judicial el pasado viernes. El fiscal de Boulogne-sur-Mer ha solicitado prisión preventiva. Están acusados de violación con tortura y actos de barbarie, secuestro, extorsión, confinamiento ilegal, detención arbitraria con actos de tortura y barbarie e intento de asesinato. Se enfrentan a cadena perpetua.