Un recluso del Centro Penitenciario de Lugo – Monterroso que intentaba autolesionarse ha agredido a funcionarios de prisiones arrojando el contenido de una botella de lejía a sus rostros y propinándoles patadas y puñetazos.
Según ha informado la Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones (APFP), sindicato mayoritario en el Centro Penitenciario y en la provincia, el incidente se produjo este lunes 8 de marzo cuando el interno J.L.N.A. ,muy alterado y en actitud agresiva, ha comenzado a autolesionarse. Por tal motivo, los funcionarios intentaron sujetarle para que no continuase atentando contra su integridad física, momento en el que les arrojó el contenido de una botella de lejía que tenía preparada a la cara, para después intentar agredirlos con patadas y puñetazos aprovechando el daño ocasionado por la lejía en sus ojos.
La rápida y efectiva actuación de los funcionarios, lograron que el interno no pudiese continuar causándose daños tanto a si mismo como a los trabajadores. A pensar de ello, continuaron siendo blanco de su ira, esta vez en forma de insultos y amenazas.
Los funcionarios han sido atendidos en un primer momento por los servicios médicos del centro, que los ha derivado a urgencias del centro hospitalario.
Dos de los heridos presentan daños en los ojos de diversa consideración y el tercero quemaduras en la cara, producidos por la lejía. Desde APFP les han brindado todo su apoyo, solidaridad y mejores deseos de una perfecta recuperación. “En cualquier otra oficina de la Administración no hubieran sufrido esas consecuencias por eso en Apfp luchamos por un Estatuto propio que recoja las peculiaridades de nuestro trabajo”, manifiestan en un comunicado.
Desde APFP vienen poniendo de manifiesto el olvido en el que tienen tanto el Ministerio del Interior como la Secretaría General de II.PP, que no hacen caso a sus demandas porque ven que el trabajo va saliendo adelante gracias a la magnífica profesionalidad de los trabajadores.
Reclaman, una vez más, el reconocimiento de los trabajadores como agentes de la autoridad, una dotación de personal suficiente para las necesidades reales de los Centros, adecuación de los medios coercitivos al siglo XXI y una actualización retributiva que les equipare con sus compañeros de Cataluña (igual trabajo, igual salario) como Policía y G. Civil.
