Varios usuarios de foros policiales han comenzado a reclamar a Interior la instalación de parachoques, más conocidas como barras de empuje o “Push Bumpers”, en los vehículos policiales. La reclamación ha tenido gran repercusión en redes sociales a lo largo de este domingo a raíz de los comentarios sobre los cuatro agentes de la Policía Nacional resultasen heridos de carácter leve al estrellarse el coche que huía de ellos en la calle Serrano del madrileño distrito de Salamanca.
Este tipo de elementos son bien conocidos por parte de otros cuerpos policiales y su uso es extensivo en las patrullas estadounidenses actuando como un extra de protección y seguridad en persecuciones con un alto riesgo de siniestralidad. El objetivo de los gobiernos con la instalación de estas defensas es salvaguardar la integridad física de los ocupantes y minimizar los riesgos ante una posible colisión.
En España no es frecuente ver a vehículos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad con este tipo de parrillas de acero. Sin embargo, sindicatos y asociaciones llevan tiempo reclamando que se intensifique la seguridad de los agentes al volante poniendo en cuestión la idoneidad de la flota actual de radiopatrullas para desempeñar las funciones policiales.
Está bien la idea, pero en turismo con chasis monocasco no he visto que funcione bien ninguna barra por las propias características del chasis.
Sí funcionan de fábula con chasis de doble viga, como los que llevan casi todos los todoterreno, por eso habría que prácticamente rehacer un vehículo de fabrica para poner unas barras que de verdad sirvan o diseñar un vehículo específico desde cero.
Sin tener la rigidez que obtienen en los todoterrenos, si pudiese ser un elemento útil para aumentar la capacidad de impacto del frontal del patrulla.
Actualmente los turismos se diseñan relativamente “blandos” en su frontal (paragolpes, parrilla, capo, etc.) para minimiza los atropellos en la medida de lo posible y las pequeñas colisiones; y además los sensores de impacto para airbags, pretensores, etc., se colocan en la parte frontal.
Con la utilización de unos refuerzos frontales bien diseñados se podría evitar la inutilización del patrulla en golpes intencionados efectuados por el delincuente y a la vez poder desequilibrar al vehículo fugado